El Papa Francisco ha querido centrar la catequesis que cada miércoles imparte durante la Audiencia General en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que justamente se está celebrando estos días
De este modo, ha pedido rezar y “pedir a Dios por la paz, la reconciliación y la unidad”. En su catequesis, el Santo Padre recalcó que Jesús en la última cena “rezó por los suyos, para que todos sean uno”, y esta oración en el huerto de los olivos fue como “su testamento espiritual”.
“La unidad es sobre todo un don, es una gracia para pedir con la oración. Cada uno de nosotros lo necesita. De hecho, nos damos cuenta de que no somos capaces de custodiar la unidad ni siquiera en nosotros mismos”, indicó Francisco.
Para ello, puso el ejemplo de San Pablo, quien “sentía dentro de sí un conflicto lacerante: querer el bien y estar inclinado al mal”, pero que “comprendió así que la raíz de tantas divisiones que hay a nuestro alrededor - entre las personas, en la familia, en la sociedad, entre los pueblos y también entre los creyentes – está dentro de nosotros”.
Por otra parte, Francisco señaló que “la solución a las divisiones no es oponerse a alguien, porque la discordia genera otra discordia. El verdadero remedio empieza por pedir a Dios la paz, la reconciliación, la unidad”.
“Esto vale ante todo para los cristianos: la unidad puede llegar solo como fruto de la oración. Los esfuerzos diplomáticos y los diálogos académicos no bastan. Deben hacerse, pero no son suficientes. Jesús lo sabía y nos ha abierto el camino, rezando”, agregó.
De este modo, el Pontífice afirmó que “nuestra oración por la unidad es una humilde pero confiada participación en la oración del Señor, quien prometió que toda oración hecha en su nombre será escuchada por el Padre”.
Como hace en muchas ocasiones invitó a hacerse una pregunta: “¿Yo rezo por la unidad?”. Y dijo que “si revisamos las intenciones por las que rezamos, probablemente nos demos cuenta de que hemos rezado poco, quizá nunca, por la unidad de los cristianos”.