Este Miércoles de Ceniza el mundo católico se une en ayunos, abstinencia de carne y ferviente oración, y el Papa Francisco pide que todo ellos se ofrezca por la paz en Ucrania. En el mismo día, se ha puesto en marcha la web de Naciones Unidas para los Refugiados que cubrirá la crisis de Ucrania: 875.000 ucranianos han dejado su país en 6 días, huyendo de la invasión rusa, y acuden sobre todo a países vecinos de tradición católica: 450.000 a Polonia, 116.000 a Hungría y 67.000 a Eslovaquia.
En este contexto, en su habitual catequesis y audiencia de los miércoles, el Papa Francisco ha pedido que los cristianos oren por la paz "intensamente".
Orar por la paz y por los que acogen refugiados
A los polacos, el Papa les dijo: "Ustedes han sido los primeros en apoyar a Ucrania, abriendo sus fronteras, sus corazones y las puertas de sus casas a los ucranianos que huyen de la guerra. Les están ofreciendo generosamente todo lo que necesitan para vivir con dignidad, a pesar del drama del momento".
Después, señaló al fraile que traducía el mensaje al polaco y explicó, improvisando en italiano, que era ucraniano. "Sus padres, en este momento, están en refugios subterráneos para defenderse de las bombas en una localidad cercana a Kiev. Pero este fraile está aquí con nosotros. Acompañándolo a él, acompañamos a todo el pueblo que está sufriendo los bombardeos, a sus padres ancianos y a tantos ancianos que están en la bajo tierra para defenderse. Llevemos en nuestros corazones el recuerdo de estas personas", exhortó el Pontífice.
"Nuestra oración y el ayuno serán una súplica por la paz en Ucrania", dijo en francés, recordando que "la paz en el mundo comienza siempre con nuestra conversión personal, siguiendo las huellas a Cristo". Y en inglés dijo: "Deseo a todos que el camino de la Cuaresma, que iniciamos hoy con la oración y el ayuno por la paz en Ucrania nos lleve a la alegría de la Pascua con los corazones purificados y renovados por la gracia del Espíritu Santo".
El Papa pide que este 2 de marzo sea día de oración por Ucrania
Catequesis sobre la vejez
Más allá del llamado a la paz, el Papa dedicó el tema de su catequesis a meditar sobre la vejez, e invitó a descubrir la belleza del ritmo de la vida de los ancianos y a “perder tiempo” con los niños y las personas mayores.
“La alianza entre las dos generaciones en los extremos de la vida –los niños y los ancianos- ayuda también a las otras dos –los jóvenes y los adultos- a vincularse para hacer la existencia de todos más rica en humanidad”, aseguró.
Así, repasando Génesis 5, señala que entre los primeros hombres “sorprende enseguida su enorme longevidad: ¡se habla de siglos! ¿Cuándo empieza, aquí, la vejez? ¿Y qué significa el hecho de que estos antiguos padres vivan tanto después de haber generado los hijos? ¡Padres e hijos viven juntos, durante siglos! Esta cadencia secular de la época, narrada en estilo ritual, otorga a la relación entre longevidad y genealogía un significado fuerte, muy fuerte”, comentó el Papa.
Eso parece señalar que para la persona, es necesario “un largo tiempo de iniciación, en el que es indispensable el apoyo recíproco entre las generaciones, para descifrar las experiencias y confrontarse con los enigmas de la vida”.
“Si no hay diálogo entre jóvenes y ancianos, entre adultos, cada generación permanece aislada y no puede transmitir el mensaje”, advirtió.
Así, un joven que no se relaciona con sus abuelos, “no recibe la fuerza, como el árbol, no recibe la fuerza de las raíces y crece mal, crece enfermo, crece sin referencias. Por esto, es necesario buscar, como exigencia humana, el diálogo entre las generaciones. Y este diálogo es importante entre los abuelos y los nietos, que son los dos extremos”, afirmó.
En la vejez el ritmo es más lento... pero también se aprende
Francisco recordó que la vejez impone ritmos más lentos, “pero no son solo tiempos de inercia”, pues “la medida de estos ritmos abre para todos espacios de sentido de la vida desconocidos por la obsesión de la velocidad”, sostuvo.
“Perder el contacto con los ritmos lentos de la vejez cierra estos espacios para todos”, aseguró el Pontífice, quien remarcó que, en este horizonte, fue que decidió establecer la Fiesta de los Abuelos en el último domingo de julio.
“El exceso de velocidad nos mete en una centrifugadora que nos barre como confeti”, advirtió. “La mirada de conjunto se pierde por completo”, expresó. “Cada uno se aferra a su propia pieza, que flota sobre los flujos de la ciudad-mercado, para la cual los ritmos lentos son pérdidas y la velocidad es dinero. El exceso de velocidad pulveriza la vida, no la hace más intensa”, dijo.
Alianza de generaciones: pasar tiempo con...
“La alianza visible de las generaciones, que armoniza los tiempos y los ritmos, nos devuelve la esperanza de no vivir la vida en vano. Los ritmos de la vejez son un recurso indispensable para captar el sentido de la vida marcada por el tiempo. Gracias a esta mediación, se hace más creíble el destino de la vida en el encuentro con Dios: un diseño que está escondido en la creación del ser humano ‘a su imagen y semejanza’ y está sellado en el hacerse hombre del Hijo de Dios”.
Francisco consideró que la frase clave es "perder el tiempo" y preguntó: "¿Tú sabes perder el tiempo, o tú estás siempre apurado por la velocidad? “No, tengo prisa, no puedo…”? ¿Sabes perder el tiempo con los abuelos, con los ancianos? ¿Sabes perder el tiempo jugando con tus hijos, con los niños? Este es el punto de referencia. Piensen un poco".
El Papa mencionó que hoy se verifica una mayor longevidad de la vida humana, que “ofrece la oportunidad de aumentar la alianza entre todas las etapas de la vida; y también con el sentido de su vida en su totalidad”. “Que el Espíritu nos conceda la inteligencia y la fuerza para esta reforma: la prepotencia del tiempo del reloj debe convertirse en la belleza de los tiempos de la vida”, puntualizó. “La alianza de las generaciones es indispensable. Que Dios nos ayude a encontrar la música adecuada para esta armonización”, concluyó Francisco.
La audiencia pública completa de este Miércoles de Ceniza