Este 17 de febrero, el Papa Francisco ha inaugurado el simposio "Hacia una teología fundamental del sacerdocio", surgido con el objetivo de "profundizar en el horizonte global del sacerdocio de Cristo".
En su discurso, Francisco ha advertido de los peligros que afectan al sacerdote ante el presente "cambio de época", materializados en una "crisis vocacional que aflige a gran parte de las comunidades" de la Iglesia.
Como remedio y defensa frente asta crisis, Francisco ha propuesto "cuatro cercanías" de la vida sacerdotal, que a su juicio funcionan como "herramientas concretas que pueden ayudar de manera práctica y esperanzadora" para vivir el sacerdocio.
1º Cercanía a Dios
Para Francisco, la relación con Dios es "el injerto que nos mantiene dentro de un vínculo fecundo" y su carencia es el origen de "muchas crisis sacerdotales": "Sin una relación significativa con el Señor nuestro ministerio está destinado a ser estéril".
"Sin la intimidad de la oración, de la vida espiritual, de la cercanía concreta con Dios a través de la escucha de la Palabra, de la celebración de la Eucaristía, del silencio de la adoración, de la consagración a la Virgen, del sacramento de la Reconciliación, sin estas `cercanías´, un sacerdote es sólo un obrero cansado", añadió.
2º Cercanía al obispo
En relación a la crisis mencionada, para Francisco "no es casual que el mal, para destruir la fecundidad de la acción de la Iglesia, busque socavar los vínculos que nos constituyen". Por ello, ha llamado a "defender los vínculos del sacerdote con la Iglesia particular, con el instituto al que pertenece y con su propio obispo", lo que permite que "la vida sacerdotal sea digna de crédito".
Asimismo, recomienda a los sacerdotes "que recen por los obispos y se animen a expresar su parecer con respeto y sinceridad", y a los obispos "humildad, capacidad de escucha, autocrítica y dejarse ayudar".
3º Cercanía entre los sacerdotes
Francisco ha aludido a la cercanía entre los sacerdotes como alternativa al "drama de la soledad y de sentirse solos" que afecta a "muchos presbíteros", que "sienten que no pueden esperar el bien del otro, sino solo el juicio".
Francisco alienta a vivir la amistad entre sacerdotes como un consejo para la vocación, el celibato y evitar "el drama de la soledad".
"Donde funciona la fraternidad sacerdotal y hay lazos de auténtica amistad, también es posible vivir con más serenidad la elección del celibato. El celibato es un don que la Iglesia latina custodia, pero es un don que para ser vivido como santificación requiere relaciones sanas, vínculos de auténtica estima y genuina bondad que encuentran su raíz en Cristo. Sin amigos y sin oración el celibato puede convertirse en un peso insoportable y en un anti testimonio de la hermosura misma del sacerdocio", mencionó.
4º Cercanía al pueblo
La cuarta de las cercanías recomendadas por Francisco destaca la importancia de "vivir en estrecha relación con la vida real de la gente, junto a ella y sin ninguna vía de escape", ya que "el lugar de todo sacerdote está en medio de la gente, en una relación de cercanía con el pueblo".
Se da una paradoja "en nuestra sociedad de redes" y es que "abunda el sentimiento de orfandad": "Conectados a todo y a todos, falta la experiencia de `pertenencia´ que es mucho más que una conexión. Con la “cercanía” del pastor se puede convocar a la comunidad y ayudar a crecer el sentimiento de pertenencia". Una pertenencia que, además, es el “antídoto contra una deformación de la vocación, que nace de olvidarse que la vida sacerdotal se debe a otros: al Señor y a las personas por él encomendadas".
Francisco concluyó su discurso recordando que estas cercanías, lejos de ser "una carga más", son un "regalo que Él hace para mantener viva y fecunda la vocación".
"Son una buena escuela para `jugar en la cancha grande´. Frente a la tentación de encerrarnos en discursos y discusiones interminables sobre la teología del sacerdocio o sobre teorías de lo que debería ser, el Señor mira con ternura y compasión y ofrece a los sacerdotes las coordenadas desde donde discernir y mantener vivo el ardor por la misión", concluyó.
(Puedes ver aquí el discurso completo del Papa Francisco sobre el sacerdocio).