El día de San Esteban es festivo en Italia y se notó en la mayor asistencia este jueves al Angelus de la Plaza de San Pedro, incrementado por los numerosos peregrinos que acuden a Roma a pasar la Navidad.
"En el clima alegre de la Navidad", dijo precisamente Francisco, "esta memoria del primer cristiano muerto por la fe podría parecer fuera de lugar. Sin embargo, precisamente en la perspectiva de la fe, la celebración de hoy está en sintonía con el verdadero significado de la Navidad".
¿Por qué? Porque, en el martirio por lapidación de San Esteban que cuentan los Hechos de los Apóstoles y recoge la liturgia del día, "la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida: en la hora del testimonio supremo, él contempla el cielo abierto y ofrece el perdón a sus perseguidores". En él se cumplió "la promesa de Jesús a sus discípulos": "Cuando os maltraten por mi causa, el Espíritu del Padre os dará la fuerza y las palabras para dar testimonio", parafraseó (cf. Mt 10, 19-20). Así aprendemos que "la gloria del cielo, la que dura para la vida eterna, no está hecha de riquezas y de poder, sino de amor y de entrega de uno mismo".
Francisco invitó a imitar este testimonio de San Esteban en "las pruebas que debemos afrontar diariamente", pues "con la fuerza del Espíritu Santo podemos asumir todo lo humano y orientarlo al cielo": "Que el primer testimonio sea precisamente nuestro modo de ser humanos, un estilo de vida plasmado en Jesús: manso y valiente, humilde y noble, no violento".
La muerte de San Esteban "es fuente de inspiración para la renovación de nuestras comunidades cristianas, llamadas a ser cada vez más misioneras, todas ellas proyectadas a la evangelización, decididas a llegar a los hombres en las periferias existenciales y geográficas, donde hay más sed de esperanza y de salvación".
Por último, el Papa subrayó que la muerte del primer mártir nos invita "a recordar a todos los mártires de ayer y de hoy (¡hoy hay tantos!), a sentirnos en comunión con ellos y a pedirles la gracia de vivir y morir con el nombre de Jesús en el corazón y en los labios".