El Papa Francisco ha predicado este 10 de octubre, en la habitual audiencia pública de los miércoles en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, sobre el Quinto Mandamiento: "no matarás".

Para el Papa, los hombres suelen recurrir a matar a los demás por miedo al otro, a lo desconocido, a lo complicado. Así sucede incluso con los bebés discapacitados.

“La aceptación del otro, de hecho, es un desafío al individualismo. Pensemos, por ejemplo cuando se descubre que una vida que está por nacer, es portadora de una discapacidad, incluso de una discapacidad grave. Los padres, en estos casos dramáticos, necesitan una verdadera cercanía, una verdadera solidaridad, para afrontar la realidad superando temores comprensibles. En cambio, a menudo reciben consejos apresurados para interrumpir el embarazo, es decir, esto es un modo de decir: interrumpir el embarazo significa quitar la vida a uno, directamente”. 

[Los tristes datos sobre estos consejos para abortar en la clase sanitaria los denuncia el doctor Jesús Flórez en este análisis. Nota de ReL]

El Papa insistió en que ante el reto de ayudar al débil, las personas salimos del egoísmo.“Un niño enfermo es como toda persona necesitada en la tierra, como un anciano que necesita ayuda, como tantas personas pobres que tienen dificultades para vivir: él, ella que se presenta como un problema, es en realidad un don de Dios que puede sacarme del egoísmo y hacerme crecer en el amor

Aborto provocado: contratar "un sicario" para "solucionar un problema"

Un enfoque contradictorio también permite la supresión de la vida humana en el útero materno en nombre de la salvaguardia de otros derechos. Pero, ¿cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su nacimiento? Y yo les pregunto – agregó el Pontífice – ¿Es justo quitar una vida humana para resolver un problema? ¿Qué cosa piensan ustedes? ¿Es justo? ¿Es justo pagar a un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo quitar la vida a un ser humano, incluso pequeño, para resolver un problema. Es como pagar a un sicario para resolver un problema.

Un mandamiento conciso, categórico

El Papa quiso enmarcar la importancia de este mandamiento. "Este mandamiento, con su formulación concisa y categórica, se erige como un muro en defensa del valor fundamental de las relaciones humanas. ¿Y cuál es el valor fundamental de las relaciones humanas? El valor de la vida”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del segundo miércoles de octubre de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los Mandamientos.

Se podría decir que todo el mal que se hace en el mundo, afirma el Santo Padre, se resume en esto: desprecio por la vida. “La vida es atacada por las guerras, por las organizaciones que explotan al hombre, por las especulaciones sobre la creación y la cultura del descarte, y por todos los sistemas que someten la existencia humana a cálculos de oportunidad, mientras que un número escandaloso de personas viven en un estado indigno del hombre. Esto es el desprecio por la vida, es decir: matar, de alguna forma”.

 

El Papa, en una foto de archivo, visitando la maternidad
del Hospital San Giovanni, de Roma

Los ídolos que llevan al matar

Lo que lleva al hombre a rechazar la vida, señala el Papa Francisco, son los ídolos de este mundo: el dinero, el poder, el éxito. Estos son parámetros erróneos para evaluar la vida. La única medida auténtica de la vida es el amor, el amor con el que Dios la ama, el amor con el cual Dios ama toda vida humana. “De hecho, el sentido positivo del mandamiento ‘No matar’, es que Dios es amante de la vida, como acabamos de escuchar en la lectura bíblica. El secreto de la vida se nos revela por la manera en que el Hijo de Dios la ha traído, que se hizo hombre hasta el punto de asumir, en la cruz, el rechazo, la debilidad, la pobreza y el dolor. En cada niño enfermo, en cada anciano débil, en cada emigrante desesperado, en cada vida frágil y amenazada, Cristo nos busca, busca nuestro corazón, para abrirnos la alegría del amor”.

¡No desprecien la vida!

Debemos decir a los hombres y mujeres del mundo, alentó el Santo Padre: ¡no desprecien la vida! La vida de los demás, pero también la suya propia, porque incluso para ella vale el mandamiento: “No matar”. Hay que decirles a tantos jóvenes: ¡No desprecien su existencia! ¡Deja de rechazar la obra de Dios! ¡Tú eres obra de Dios!

“Que nadie mida la vida según los engaños de este mundo – advierte el Pontífice – sino que cada uno se acepte a sí mismo y a los demás en el nombre del Padre que nos creó. Él es amante de la vida y todos somos tan queridos por Él que envió a su Hijo por nosotros”.

Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco expresó sus saludos a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. “Los animo a que siguiendo el ejemplo de Jesús, que vino a dar su vida por nosotros, sepamos acoger y proteger la propia vida y la de los demás en el nombre de Dios Padre. Muchas gracias”.