La Santa Sede ha hecho público este martes un nuevo viaje internacional del Papa Francisco. El 30 y 31 de marzo de 2019 visitará Marruecos, concretamente las ciudades de Rabat, capital del país, y Casablanca.
Este será la segunda visita de un Papa al país norteafricano. En 1985 San Juan Pablo II visitaba Marruecos en el que fue el primer viaje que realizó a un país musulmán. Más de tres décadas después, y por invitación del Rey Mohammed VI y de los dos obispos locales, será Francisco el que viaje a este país musulmán, considerado moderado dentro del ámbito islámico.
Un país donde el catolicismo es testimonial
El anuncio ha sido realizado por el portavoz de la Santa Sede, Greg Burke, que ha asegurado que el programa del viaje será publicado a su debido tiempo. Marruecos es un país en el que el catolicismo es apenas testimonial. La inmensa mayoría de los 25.000-50.000 católicos que se considera que viven en el país son extranjeros residentes allí, en un país que supera los 35 millones de habitantes.
Hassan II, padre de Mohammed VI, recibiendo a San Juan Pablo II a su llegada a Marruecos en 1985
El país está dividido en dos archidiócesis, ambas dirigidas por dos obispos españoles. Por un lado está el arzobispo de Tánger, el franciscano Santiago Agrelo, que tiene a su cargo unos 3.000 católicos de un total de más de 4 millones de personas. Por su parte, la archidiócesis de Rabat tiene recientemente como arzobispo a Cristóbal López. En su territorio eclesiástico hay más de 20.000 católicos de un total de 28 millones.
Así es Marruecos
Marruecos es un país soberano musulmán, según recoge su Constitución, que afirma que “el Islam es la religión oficial del Estado”. El artículo 41 asegura que el Rey es el comendador de los creyentes (amir al-muminin) que vela por el respeto al islam, y preside el Consejo Superior de Ulemas.
En Marruecos, está estrictamente prohibido que los no musulmanes hagan proselitismo entre los musulmanes y también lo está la distribución de material religioso no islámico. La conversión voluntaria no es un crimen según los Códigos Penal y Civil. Sin embargo, se han registrado casos de arrestos de marroquíes convertidos al cristianismo, según recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada en su informe de Libertad Religiosa en el mundo.