Durante el rezo del Regina Coeli este domingo en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco habló de cómo la Palabra de Dios en este Tiempo Pascual “sigue indicándonos el camino y las condiciones para ser una comunidad del Señor Resucitado”.

El sarmiento no puede dar fruto de por sí sólo, sino que necesita de la linfa de la vid: “La Palabra de Dios, también en este quinto domingo de Pascua, sigue indicándonos el camino y las condiciones para ser una comunidad del Señor Resucitado. El domingo pasado se resaltaba la relación entre el creyente y Jesús Buen Pastor. Hoy el Evangelio nos propone el momento en que Jesús se presenta como la verdadera vid y nos invita a permanecer unidos a Él para dar mucho fruto (Jn 15, 1-8). La vid es una planta que forma una cosa sola con los sarmientos; y los sarmientos son fecundos solamente en cuanto están unidos a la vid. Esta relación es el secreto de la vida cristiana y el evangelista Juan la expresa con el verbo 'permanecer', que en el pasaje de hoy se repite siete veces”.


De este modo, el Papa afirmó que “se trata de permanecer en el Señor para encontrar el valor de salir de nosotros mismos, de nuestras comodidades, de nuestros espacios restringidos y protegidos, para adentrarnos en el mar abierto de las necesidades de los demás y dar amplio respiro a nuestro testimonio cristiano en el mundo. Este coraje nace de la fe en el Señor Resucitado y de la certeza de que su Espíritu acompaña nuestra historia. Uno de los frutos más maduros que brota de la comunión con Cristo es, de hecho, el compromiso de caridad hacia el prójimo, amando a los hermanos con abnegación de sí, hasta las últimas consecuencias, como Jesús nos amó”.

Del mismo modo, explicó que “el dinamismo de la caridad del creyente no es fruto de estrategias, no nace de solicitudes externas, de instancias sociales o ideológicas, sino del encuentro con Jesús y del permanecer en Jesús. Él es para nosotros la vida de la que absorbemos la linfa, es decir, la ‘vida’ para llevar en la sociedad una forma diferente de vivir y de brindarse, lo que pone en el primer lugar a los últimos”.

“Cuando se es íntimo con el Señor, como son íntimos y unidos entre sí la vid y los sarmientos, se es capace de dar frutos de vida nueva, de misericordia, de justicia y de paz, que derivan de la Resurrección del Señor. Es lo que hicieron los Santos, aquellos que vivieron en plenitud la vida cristiana y el testimonio de la caridad, porque eran verdaderos sarmientos de la vid del Señor. Pero para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos”, agregó.


Tras el rezo del Regina Coeli el Papa quiso tener un recuerdo especial para Corea y Nigeria.

Así, pidió paz para Corea asegurando que acompaña con “oración el resultado positivo de la Cumbre Intercoreana del pasado viernes y el valiente compromiso asumido por los líderes de las dos partes para lograr un camino de diálogo sincero para una península libre de armas nucleares. Ruego al Señor que las esperanzas de un futuro de paz y una amistad más fraterna no se desilusionen, y que la colaboración pueda continuar dando buenos frutos para el amado pueblo coreano y para todo el mundo.

También, el Pontífice recordó que "la semana pasada, la comunidad cristiana en Nigeria fue golpeada nuevamente con la muerte de un grupo de fieles, incluidos dos sacerdotes: confiamos estos hermanos al Dios de misericordia para que ayude a esas comunidades a fin de tratar de encontrar la armonía y la paz”.