Debido a la parálisis que sufrió su madre al dar a luz a su hermana María Elena, Bergoglio fue aprendiendo a cocinar con las indicaciones de su madre, que desde una silla le iba diciendo lo que tenía que hacer. Así surgió una afición que le ha durado toda la vida y unas recetas de la que luego muchos seminaristas y sacerdotes han disfrutado.
En este nuevo libro aparecen algunos de estos platos, como los pimientos en “bagna cauda”, los “agnoloti” (pasta rellena de carne) y el mítico “pollo al horno con mantequilla y nata”, famoso entre los estudiantes jesuitas del Colegio Máximo de Buenos Aires cuando Jorge Mario Bergoglio era rector y cocinaba la cena de los domingos.
Tal y como recoge ABC, uno de ellos recuerda que le enseñó a prepararlos: “Esta es una receta de mi madre. Cortas cada taco de mantequilla en dos y con una mitad frotas el pollo cocido. La otra mitad se la colocas dentro. Lo haces con cada pollo, y los metes en el horno muy caliente. A los diez minutos los sacas, añades la nata, los sirves con las patatas... y ya está. ¡Todos contentos!”.
Pero además, el libro recoge las enseñanzas que el Papa ha querido transmitir al mundo utilizando ejemplos relacionados con la comida, muchos de ellos basados en historias personales suyas.
Cuando era arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio calentaba él mismo la cena frugal que dejaba preparada la cocinera y que acompañaba con un vaso de vino. Ya como Papa no puede él mismo prepararse la comida ni deleitar a sus invitados, pero con este libro habrá quien quiera seguir sus pasos también en la cocina.
Su amor por la cocina le lleva a ir a curiosear de vez en cuando, con la misma naturalidad con la que, a veces, cuando necesita adelantar el almuerzo, come con los camareros. Les pide que le cuenten cosas, y todos disfrutan ese rato.