Antes de dirigirse al encuentro con los fieles del pueblo, a quienes dirigió unas palabras, Francisco se detuvo brevemente a rezar ante el olmo donde el santo recibió los estigmas de la Pasión en septiembre de 1910. El Padre Pío pidió al Señor que no se viesen, lo que le fue concedido hasta el año 1918.
Tras unos minutos de oración, el Papa volvió a saludar a los fieles y se encaminó a la plaza del encuentro con los paisanos del santo, tras lo cual saludó a la comunidad capuchina local y emprendió vuelo hacia San Giovanni Rotondo para visitar el hospital Sollievo della Sofferenza [Alivio del Sufrimiento] y oficiar misa.