El Papa celebró este domingo 9 de junio el habitual rezo del Ángelus desde el balcón del Palacio Apostólico del Vaticano. Al comentar el Evangelio, Francisco centró su reflexión en "la libertad de Jesús", es decir, en su forma de "amar y de servir sin medida y sin condiciones". Además, el Papa invocó a la Virgen pidiendo "que nos ayude a vivir y amar como nos enseñó Jesús, en la libertad de los hijos de Dios".
El Papa señaló que San Marcos nos narra que Jesús, después de iniciar su ministerio público, se encontró ante una doble reacción: la de sus familiares, que estaban preocupados y temían que se hubiera vuelto loco, y la de las autoridades religiosas, que lo acusaban de actuar movido por un espíritu maligno.
Sin miedos o condicionamientos
"En realidad, Jesús predicaba y sanaba a los enfermos con el poder del Espíritu Santo. Y, precisamente, el Espíritu lo hacía divinamente libre, es decir, capaz de amar y de servir sin medida y sin condiciones". En este punto, el Papa Francisco invitó a detenernos un momento para contemplar la libertad de Jesús.
"Por eso dejó la seguridad de su pueblo, Nazaret, para abrazar una vida pobre y llena de incertidumbres, curando gratuitamente a los enfermos y a cuantos venían a pedirle ayuda, sin pedir nunca nada a cambio. La gratuidad del ministerio de Jesús y de todo ministerio", comentó Francisco, que también indicó que Jesús era libre frente al poder.
"De hecho, aunque llamó a muchos a seguirlo, nunca obligó a nadie a hacerlo, y jamás buscó el apoyo de los poderosos, sino que estuvo siempre del lado de los últimos, enseñando a sus discípulos a hacer lo mismo". Por último, el Papa dijo que Jesús era libre ante la búsqueda de fama y de aprobación.
"Por eso nunca renunció a decir la verdad, incluso a costa de no ser comprendido, de volverse impopular, hasta morir en la cruz, no se dejó intimidar, ni comprar, ni corromper por nada ni por nadie", aseguró Francisco.
"Si, en cambio, permitimos al amor gratuito de Dios que nos llene y nos dilate el corazón, y si dejamos que desborde espontáneamente donándolo a los demás, con todo nuestro ser, sin miedos, cálculos ni condicionamientos, entonces crecemos en la libertad y difundimos su buen perfume en nuestro alrededor, en nuestros hogares, en nuestras familias y en nuestras comunidades", comentó el Papa.
Puedes ver aquí el Ángelus íntegro.
Antes de pedir que la Virgen María nos ayude a vivir en la libertad de los hijos de Dios, el Papa invitó a preguntarnos si somos personas verdaderamente libres: "¿Soy una persona libre? ¿O me dejo aprisionar por los mitos del dinero, del poder y del éxito, sacrificando por ellos mi serenidad, mi paz y la de los demás? ¿Difundo, en los ambientes en los que vivo y trabajo, aire fresco de libertad, de sinceridad, de espontaneidad?".