En el reverso de la imagen, se podía ver la firma del Santo Padre y la frase: “… el fruto de la guerra”, subrayando “la desesperación del niño, expresada en el gesto de morderse los labios sangrantes”.
El Papa Francisco explicó que “una imagen así conmueve más que mil palabras” y dijo que la había encontrado de casualidad y que lo había impactado profundamente, por lo que la quería compartir.
Tal y como informa Vatican News, ya en días pasados el Osservatore Romano había dado la noticia. Se trata de una fotografía que fue tomada por el estadounidense Joseph Roger O’Donnell, que había sido enviado después de las explosiones nucleares a Hiroshima y Nagasaki. Retrata a dos niños: uno parece dormir llevado a espaldas del otro. En realidad está muerto. El hermano que lo lleva refleja un rostro cargado de sufrimiento y perdido en dolor. Está esperando en el crematorio para dejar a su hermano muerto.
Imagen repartida por el Papa Francisco a los periodistas que le acompañaban en el avión a Chile
Respondiendo a la pregunta de una periodista sobre sus temores ante una guerra nuclear, Francisco respondió: “Sí, de verdad tengo miedo. Estamos en el límite. Basta un accidente para desencadenar la guerra. A este paso, la situación corre el riesgo de precipitar. Por lo tanto, hay que destruir las armas, empeñarnos en el desarme nuclear”.