La tarde de este viernes, cerca de 800.000 peregrinos recibieron al Papa Francisco en la Colina del Encuentro, en el Parque Eduardo VII de Lisboa, para el rezo del Vía Crucis.
A lo largo de algo más de una hora y media, Francisco acompañó a los presentes en un Vía Crucis cuyas principales reflexiones fueron redactadas por 20 jóvenes de los cinco continentes. Las principales debilidades y desafíos que enfrentan los jóvenes del presente fueron el hilo conductor de un evento que fue acompañado por música coral y de orquesta, coreografías y danza y los testimonios de tres jóvenes.
A su llegada, Francisco saludó a los peregrinos en portugués antes de dirigir un primer y enérgico llamado a "caminar con Jesús" hacia el Calvario y la cruz.
"Queridas hermanas y hermanos, Jesús es el Camino y vamos a caminar con Él. La Cruz que acompaña cada JMJ es el icono, la figura de este camino. Es el sentido más grande del amor más grande con que Jesús quiere abrazar la vida de cada uno de nosotros. Empieza el camino por mí, para dar su vida por mí. Por eso, cuando miremos al crucificado, veamos la belleza del amor que da su vida por cada uno", exclamó.
Antes de dar comienzo a la oración, Francisco también recordó a los presentes que "Jesús quiere colmar nuestros miedos con su consolación" y que solo espera a "abrazar el riesgo de amar": "Vale la pena correr el riesgo, y Él siempre nos acompaña", subrayó.
1. Jesús es condenado a muerte: la pobreza
"Muchos jóvenes sienten esto hoy, Señor, que nos quitan el futuro. Se nos dice que la vida está llena de oportunidades, pero es difícil ver dónde están esas oportunidades cuando el dinero no alcanza, cuando no se consigue trabajo y cuando tener acceso a la educación es muchas veces imposible. Señor, incluso cuando te condenaron a muerte, no te dejaste abatir. Con el Padre a tu lado, seguiste adelante, confiando en el futuro. Enséñanos a hacer lo mismo".
Jóvenes actores y artistas que representaron escenas del Via Crucis.
2. Jesús toma la cruz sobre sus hombros: la violencia
La segunda estación, que tuvo como hilo conductor la violencia, se vio representada por una coreografía en la que los jóvenes representaban diversas formas de agresiones para ilustrar las presentes "guerras, bombardeos, tiroteos masivos, pero también violencia en los matrimonios y en las relaciones, maltrato infantil, acoso escolar, abuso de poder o familias en las que se lanzan palabras que son peores que las piedras. Te pusieron una cruz en la espalda, pero Tú, Señor, no te rendiste. Te imagino diciéndote a Ti mismo: `El amor triunfará sobre la violencia´. Señor, dame la fuerza para amar".
Unos 800.000 pergerinos siguieron el llamado de Francisco en el Vía Crucis a "correr el riesgo de caminar con Jesús" para enfrentar las amenazas a la juventud.
3. Jesús cae por primera vez: la solidaridad
La tercera estación estuvo acompañada por el testimonio de Esther, una española que a sus 18 años había quemado etapas y "vivía como casada pero sin estarlo" en una relación "que iba de mal en peor". Con 24 años tuvo una lesión medular que le obligó a vivir en silla de ruedas, diciendo adiós a sus "planes de futuro". Solo con el tiempo acabó descubriendo que su accidente "fue un regalo" al permitirle salir de un ambiente tóxico. Pronto supo que, a través de su familia, los médicos, su trabajo y su novio, Dios estuvo cuidándola.
Cuando supo que estaba embarazada, mandó el miedo. "Abortamos. Quedé muy triste, nunca había sentido tanto vacío, algo murió dentro de mí", recordó. Pasados los meses, "el Señor despertó mi conciencia, me confesé por primera vez en mi vida y volví a la Iglesia donde sabía que siempre le encontraría" hasta que, tiempo después, "me regaló un nuevo embarazo". En esta ocasión, lo acogió "agradecida" y nació Elisabeth, a quien "quiere con locura". Fue entonces cuando conoció a los Centros de Orientación Familiar, que ayudaron a mejorar su matrimonio. Su novio Nacho fue a un retiro y ambos quedaron definitivamente renovados cuando, el 7 de mayo de 2022, se unieron en matrimonio.
"Recibir el sacramento fue maravilloso, sabiendo que el Señor estará cada día con nosotros para enseñarnos a amarnos", concluyó.
4. Jesús se encuentra con su Madre: la falta de compromiso
"Probablemente, entre los gritos de la multitud, oyó la voz de Su madre. Una voz suave e inconfundible. `Hijo mío. Estoy aquí´. Buscaste su rostro. Lo encontraste sereno diciendo `sí´ con la cabeza. `Sí´. Eso era todo lo que necesitabas ver. Una señal de confirmación. Háblame al oído, Madre de Jesús. Háblame de amor, háblame de compromiso. De compromiso con el Bien. No dejes que me siente a esperar el `momento ideal´, a la persona ideal, al trabajo ideal, a la Iglesia ideal. María, ayúdame a abrazar mi vocación".
5. Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la Cruz: la intolerancia
"Hoy, el mundo también está lleno de intolerancias. Hay minorías que no tienen derecho ni siquiera a existir. En muchos países, ni siquiera puedes practicar tu religión. Cada grupo quiere imponer su manera de ver y expulsar a quien piense diferente. A veces incluso dentro de la Iglesia. A veces incluso dentro de nuestros propios corazones. Tú, Señor, has sido víctima de la intolerancia. Pero no te dejaste dominar por el odio. Y por eso puedes ser puente entre todos. Enséñanos a ser constructores de puentes allí donde estemos.
6. La Verónica limpia el rostro de Jesús: el individualismo
Mientras decenas de jóvenes desplegaban grandes telas y paños a lo largo del escenario, resonaba una reflexión sobre la Verónica, ejemplo de cómo "dejarse conmover por el rostro del otro, aunque esté desfigurado". Pero hoy, continuaba, "los jóvenes vivimos en un mundo individualista. Nos han dicho mil veces que debemos pensar primero en nosotros mismos. Y aquí estamos, egocéntricos, cada uno centrado en su móvil, en su negocio, esperando una felicidad que no llega. Porque la verdadera felicidad está en dejarse atraer por el rostro del otro".
7. Jesús cae por segunda vez: los problemas mentales
La séptima estación profundizó en las "ansiedades, depresiones, trastornos alimenticios, desequilibrio y agotamiento" que sufren muchos jóvenes de hoy, marcados por el miedo, que se cuestionan incluso "si merece la pena vivir, deprimidos". "Te miro tendido en el suelo. Te imagino diciendo: `Me caigo contigo para levantarte conmigo. Sigue adelante, busca ayuda, ponte de pie y avanza. Vamos juntos´", proseguía la oración.
8. Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén: la destrucción de la creación
La octava meditación, representada por jóvenes con máscaras antigás y rodeados de humareda, pretendió alertar sobre el pretendido "consumo incontrolado de los recursos de la Tierra, a la extinción de especies, la devastación de los bosques" o la inseguridad por "el cambio climático", acompañado de la oración por "llevar estilos de vida más sencillos".
Algunos de los jóvenes coreógrafos que representaron las principales reflexiones del Vía Crucis de este viernes en la JMJ de Lisboa.
9. Jesús cae por tercera vez: las dependencias que afectan a los jóvenes
La novena reflexión se dirigía a un Jesús magullado, suplicando que esté cerca de los jóvenes "que vuelven a caer cada vez que intentan levantarse", víctimas de "las drogas, la pornografía, el alcohol o la adicción a las pantallas", incapaces de levantarse "por una fuerza que ya no tienen y una fe que ya han perdido".
10. Jesús es despojado de sus vestidos: las incoherencias
La décima estación denunció que hoy "lo que cuenta es la apariencia, la imagen, los selfies y más selfies, la tiranía del cuerpo y la sonrisa perfecta y fotos en las redes en poses cuidadosamente estudiadas" ante una coreografía de jóvenes que simulaba fotografiarse y mirarse al espejo. Y Tú, desnudo, igual a Ti mismo, sin vergüenza de ser quien eres. No viviste para la imagen, sino para el Bien. Enséñame, Señor. Dame la fuerza para ser diferente, para no vivir para la imagen, sino en fidelidad a mi conciencia".
11. Jesús es clavado en la Cruz: las situaciones inhumanas
La reflexión de la decimoprimera estación recordó que la Cruz "no era una situación casual", sino la consecuencia de "no haber renunciado a amar hasta el final". Ante un Cristo que permaneció, se denunció que hoy en día, muchas personas tratan desesperadamente de huir de situaciones inhumanas como "la guerra, del hambre, de la falta de agua o la persecución política. Su casa ya no es su refugio, sino el lugar probable de su muerte. Intentan encontrar refugio en algún otro lugar del mundo, al que algún día puedan llamar `hogar´".
12. Jesús muere en la Cruz: los que no cuentan
La decimosegunda reflexión mostró que la muerte de Jesús podría considerarse un "desperdicio": "¡Cuántas cosas buenas podrías haber hecho en unas cuantas décadas más de tu vida! Y, sin embargo, tus palabras fueron: "Todo está cumplido". No quedó nada por hacer. Porque allí, en la Cruz, nos dejaste todo lo necesario para salvarnos: puro amor, aunque fuera impotente y aparentemente inútil. Hoy sólo cuentan los que producen. Los ancianos no cuentan. Y no cuentan los juegos de los niños, tantas veces obligados a trabajar para ganar dinero o a estudiar cada vez más para ser un día "verdaderos triunfadores" en el mercado laboral. Sin embargo, lo que salva es el amor. ¡Escóndeme en tus llagas de amor, Señor!".
13. Jesús es bajado de la Cruz y entregado a Su Madre: la desinformación
La decimotercera reflexión comparó "la Palabra que descansa en el silencio" tras el descendimiento de Cristo con la juventud de hoy, perdida en "un mundo saturado de palabras apresuradas, de información, de noticias, de publicidad, de intereses, en el que ya no sabemos qué es verdad y qué es mentira. Señor, no tengo que saberlo todo, no quiero saberlo todo. Sólo quiero saber lo que es importante saber para ser mejor persona y crear un mundo más humano. Dame un gran amor por todo lo que en el mundo es puro y verdadero y sencillo y humano", rezaban los jóvenes.
14. Jesús es depositado en el sepulcro: el miedo al futuro
"Cuando la piedra rodó sobre la entrada del sepulcro, parecía que todo había terminado definitivamente. Parecía, Señor, que Tú y tu camino de amor no habían sido más que una ilusión. Muy a menudo en nuestras vidas parece no haber futuro. No vemos ninguna luz al final del túnel. Nos da miedo mirar hacia delante. Es entonces cuando necesitamos oír la voz de María. Nos habla de los finales que son comienzos".
Escenas seleccionadas del Via Crucis: