Finalizada su serie de catequesis de los miércoles sobre los Diez Mandamientos, el Papa empieza una nueva serie dedicada a la oración, y más en concreto al Padrenuestro.
En este primer miércoles de Adviento, Francisco ha recordado que Jesús oraba con oración privada y espontánea, pero también con los textos de los salmos, que había aprendido en casa, de su madre, la Virgen María. Los discípulos le pedían a Jesús que les enseñara a orar, y el Papa Francisco da una primera orientación: "El primer paso para rezar es ser humildes".
Tras la tradicional lectura del pasaje evangélico en los distintos idiomas, el Pontífice comenzó su catequesis. «Los evangelios nos presentan a Jesús como un hombre que rezaba. Si bien experimentaba la urgencia de predicar y de salir al encuentro de la multitud, buscaba momentos de soledad para rezar».
Jesús era un predicador itinerante. “No debe echar raíces, sino seguir siendo continuamente un peregrino por los caminos de Galilea”. “Y también, peregrino hacia el Padre”, “en camino de oración”.
La Sala de Audiencias ya cuenta con un gran belén
Orar para tener intimidad con el Padre
“Parece que es ante todo la oración de Jesús, su intimidad con el Padre, la que lo gobierna todo”, afirmó el Pontífice. «Para él, la oración era entrar en la intimidad con el Padre, que lo sostenía en su misión, como sucedió en Getsemaní, donde recibió la fuerza para emprender el camino de la cruz. Toda su vida estaba marcada por la oración, tanto privada como litúrgica de su pueblo. Esa actitud se ve también en sus últimas palabras en la cruz, que eran frases tomadas de los salmos».
«Jesús rezaba como cualquier hombre, pero su modo de hacerlo estaba envuelto en el misterio. Esto impactó a sus discípulos y por eso le pidieron: 'Señor, enséñanos a rezar'. Jesús se convirtió así en maestro de oración para ellos, como quiere serlo también para nosotros».
El Papa recordó que también las últimas palabras de Jesús ("Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?") eran palabras de los salmos, de la tradición judía (del Salmo 22: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? / ¿por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?").
Estas oraciones de los Salmos, recordó el Pontífice, las aprendió, como tantos otros niños judíos, en el regazo de su madre, rezando en familia. "Jesús rezaba con las oraciones que su mamá le había enseñado”, dijo el Papa.
El que se humilla será ensalzado
Francisco advirtió de que hay oraciones que no gustan a Dios, como se ve en la parábola del publicano y el fariseo. Recordó las palabras del Maestro: "porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado". De este modo señaló que "el primer paso para rezar es ser humildes", porque “la oración humilde es escuchada por el Señor”.
A la audiencia acudieron numerosos marinos españoles
En la conclusión de la catequesis, el Santo Padre saludó en modo particular a los redactores de la Sección Polaca de la Radio Vaticana, que en estos días festeja el 80 aniversario de su fundación: “Les agradezco por su servicio al Papa y a la Iglesia”, les dijo.
Mientras que al saludar a los fieles de lengua española, les animó a “pedir a Dios como hicieron los discípulos: «Señor, enséñanos a rezar», para que nuestra oración no sea ni rutinaria ni egoísta, sino encarnada en nuestra vida y que sea agradable a nuestro Padre del cielo”.