El Papa Francisco ha visitado este jueves por la tarde el Mausoleo de las Fosas Ardetinas, en Roma, que alberga las tumbas de 335 italianos, asesinados en la masacre ordenada por Hitler en 1944.
Tal y como informa Zenit, el Santo Padre ha sido recibido al llegar por la directora del Mausoleo, y por el Rabino Jefe de Roma, Riccardo de Segni. El Papa también ha saludado a algunos miembros de la Asociación Nacional de Familias Italianas Mártires Caídos por el Patriotismo (ANFIM), a las personas allí presentes y a los parientes de las víctimas de la masacre.
Francisco ha entrado en las cuevas y ha permanecido un momento rezando delante del lugar en el que murieron los soldados italianos y luego ha visitado las tumbas, colocando unas rosas blancas encima de algunas y rezando en silencio.
A continuación ha rezado una oración junto al responsable de la comunidad judía, Después, el Papa rezó una oración tras escuchar la que hizo el Rabino del Rabino Jefe de Roma:
«Dios de Abraham, de Isaac, Dios de Jacob, con este nombre te has presentado a Moisés cuando le revelaste la voluntad de liberar a Tu pueblo de la esclavitud en Egipto. Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, Dios que estrecha alianza con el hombre. Dios que se une con un pacto de amor fiel para siempre, misericordioso y compasivo con cada hombre y cada pueblo que sufre la opresión. “Yo he visto la opresión de mi pueblo, y he oído los gritos de dolor”. Dios de los rostros y de los nombres, Dios de cada uno de los 335 hombres que murieron aquí, el 24 de marzo de 1944, cuyos restos descansan en estas tumbas. Tú, Señor, conoces sus rostros y sus nombres: todos, incluso el de los doce que quedaron desconocidos para nosotros. Para Ti, nadie es desconocido. Dios de Jesús, Padre nuestro que estás en los cielos: gracias a Él, el Crucificado resucitado, sabemos que Tu nombre – Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob – significa que no eres el Dios de muertos, sino de los vivos, que tu fiel alianza de amor es más fuerte que la muerte y es garantía de resurrección. Haz, oh Señor, que en este lugar consagrado a la memoria de aquellos que murieron por la libertad y la justicia, nos quitemos las sandalias del egoísmo y la indiferencia, y por medio del arbusto ardiente de este mausoleo escuchemos en silencio Tu nombre: Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, Dios de Jesús, Dios de los vivos. Amén».
El Mausoleo de las Fosas Ardeatinas fue creado para el recuerdo perpetuo de la cruel masacre perpetrada por los nazis en Roma el 24 de marzo de 1944, en los pozos de la calle Ardeatina; fue inaugurado solemnemente en 1949, con motivo del quinto aniversario de la masacre. Abarca en un solo complejo: las cuevas, donde se consumieron los heridos; el mausoleo; el grupo escultórico, que expresa expresamente la tragedia de los 335 asesinados.
Antes de abandonar el lugar, el Papa ha escrito en el libro de honor del Mausoleo de las Fosas Ardetinas: «Estos son los frutos de la guerra: odio, muerte, venganza… Perdónanos, Señor».
Al término de su visita, el Pontífice regresó al Vaticano, donde visitó la gruta de la basílica Vaticana para un momento de oración privada, en sufragio por los Sumos Pontífices enterrados allí y por todos los difuntos.