El aspecto que ha querido destaca el Papa antes de despedirse de los periodistas y del que no había sido preguntado previamente, es la “imagen” con la que se ha quedado de estos días entre el pueblo colombiano.
“Lo que más me ha llegado es que el papá, la mamá, alzaban a sus niños para hacérselo ver al Papa para que el Papa lo bendijera. Como diciendo: este es mi tesoro, esta es mi esperanza. Este es mi futuro. Yo te creo. Esto me ha llegado. La ternura, los ojos de esos padres, de esas madres. Precioso, precioso. Esto es un símbolo. Símbolo de esperanza, de futuro. Un pueblo que es capaz de hacer hijos y después los muestra, los hacer ver así, como diciendo: este es mi tesoro, es un pueblo que tiene esperanza y tiene futuro”, afirmó Francisco.
Sobre la situación en Colombia, fue preguntado cómo le gustaría ver a Colombia si pudiera volver en el futuro, a lo que el Papa respondía que “al menos el lema fuese: ‘demos el segundo paso’. Que al menos fuese ese”. Resaltó que en estas décadas de conflicto “se acumula mucho, mucho. Mucho odio, mucho rencor, mucha alma enferma”.
En su análisis, el Papa afirmó haberse percatado de un aspecto muy importante que van más allá de las negociaciones para conseguir la paz. “El querer ir adelante en este proceso va más allá de las negociaciones que se están haciendo o se deben hacer. Es una querencia espontánea, y allí está la fuerza del pueblo. Yo tengo esperanza en esto. El pueblo quiere respirar, pero debemos ayudarlo con la cercanía, la oración, y sobre todo con la comprensión de cuánto dolor hay dentro de tanta gente”, explicó.
Preguntado por los corruptos y sobre si la solución pasara por la excomunión, el Papa habló de un asunto al que se ha referido ya en otras ocasiones distinguiendo entre el pecador y el corrupto. Por ello, afirmó que “todos somos pecadores y sabemos que el Señor está cerca nuestro. Que Él no se cansa de perdonar. Pero, el pecador, a veces se anima y pide perdón. El problema es que el corrupto se cansa de pedir perdón y olvida de cómo se pide perdón”.
¿Qué hacer, entonces? Para Francisco “es un problema grande. Es un estado de insensibilidad ante los valores, ante la destrucción, a la explotación de las personas. No es capaz de pedir perdón. Es como una condena aquí, es muy difícil ayudar a un corrupto, muy difícil pero Dios puede hacerlo. Yo rezo por ello”.
El Papa, en el avión con el gran hematoma provocado tras golpearse en el Papamóvil
También habló de la situación de Venezuela, con cuyos obispos se reunió durante estos días en Colombia. Sobre si el Vaticano debería tener palabras más fuertes y más claras con Nicolás Maduro, el Papa dijo que “la Santa Sede ha hablado fuerte y claramente. Lo que dice el presidente Maduro, que lo explique él. Yo no sé lo que tiene en su mente, pero la Santa Sede ha hecho mucho enviando allí al grupo de trabajo de cuatro expresidentes. Ha enviado a un nuncio de primer nivel. Después ha hablado con personas, ha hablado públicamente”.
Indicó además que “muchas veces en el Angelus he hablado de la situación buscando una salida, ayudando, ofreciendo ayuda para salir. Parece que la cosa es muy difícil, y lo más doloroso es el problema humanitario, tanta gente que escapa o sufre. Debemos ayudar a resolverlo de todas las maneras. Yo creo que la ONU debe hacerse sentir también allí para ayudar”.
En la rueda de prensa también fue preguntado por los últimos desastres naturales, especialmente los últimos huracanes que están asolado el Caribe, su relación con el cambio climático y la responsabilidad moral de los políticos en estos asuntos.
Francisco habló de los que niegan el cambio climático y les dijo que quien piense así “debe ir a los científicos y preguntarles a ellos. Ellos hablan muy claro. Los científicos son precisos”.
“Se ven los efectos del cambio climático, y los científicos dicen claramente el camino a seguir, y todos nosotros tenemos una responsabilidad. Todos, cada uno tiene una pequeña, o una grande. Una responsabilidad moral”, agregó.
Pinche aquí si quiere leer la rueda de prensa íntregra del Papa Francisco en el avión