"¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre?": es la "pregunta decisiva" que planteó Jesús a los discípulos y que también hoy, durante el rezo del Ángelus, el Papa Francisco ha invitado a los fieles a responderse en sus vidas.
"En general, dicen cosas hermosas. Muchos lo ven como un gran maestro, una persona especial, buena, justa, coherente, valiente… Pero esto no es suficiente para entender quién es", mencionó al comenzar su comentario al Evangelio de este domingo.
Francisco añadió que Jesús no es solo "un personaje del pasado" ni un "hermoso recuerdo": "No quiere ser un protagonista de la historia, sino protagonista de tú presente, de mí presente. No es un profeta lejano, sino el Dios cercano. No es un recuerdo, sino el Dios del presente".
Si tan solo fuera un personaje histórico, añadió que "imitarlo sería imposible", pues nos encontraríamos "ante el gran foso del tiempo y sobre todo ante Su modelo, que es como una montaña altísima e inalcanzable, deseosos de escalarla pero sin los medios ni capacidades necesarias".
Frente a este planteamiento, Francisco subrayó e invitó a recordar en varias ocasiones que "Jesús está vivo".
"Vive en la Iglesia, en el mundo. Nos acompaña, está a nuestro lado y nos ofrece su palabra y su gracia, que nos ilumina y reconforta en el camino. Él, guía, experto y sabio, es feliz de acompañarnos en el sendero más difícil y en los ascensos más impracticables", mencionó.
Por eso, más allá de la comprensión de Jesús como "un héroe difunto", invitó a ser conscientes de que "no estamos solos" y que Jesús, "el Cristo, el mesías, el esperado, es el hijo de Dios vivo hecho hombre y venido para compartir las alegrías y fatigas del camino".
"No nos desanimemos si a veces la cima de la vida cristiana parece demasiado alta y el camino demasiado empinado. Miremos a Jesús que camina junto a nosotros, que acoge nuestras fragilidades, comparte nuestros esfuerzos y apoya sobre nuestros débiles hombros su brazo firme y suave. Lo que parece imposible en solitario, con Jesús podemos seguir adelante", concluyó.
Oración por su viaje a Mongolia, las víctimas y las "santa mónicas"
Acto seguido al rezo del Ángelus, Francisco anunció su próximo viaje a Mongolia, entre el 31 de agosto y el 4 de septiembre, días en los que visitará "una Iglesia pequeña en número pero viva en la fe y grande en la caridad".
Aprovechó para dirigir unas palabras a los fieles de Mongolia en las que mostró sentirse "feliz" por "viajar como hermano de todos" y expresó su agradecimiento a las autoridades del país asiático.
Recordó especialmente a las víctimas y fallecidos en los incendios de Grecia y expresó nuevamente su "cercanía" con Ucrania.
Su último saludo se dirigió a todas "las madres que sufren cuando un hijo está un poco perdido", a las que encomendó a Santa Mónica, cuya fiesta se celebra este domingo.