La mañana de este domingo 26 de mayo el Papa Francisco ha presidido en el Vaticano la misa de la solemnidad de la Santísima Trinidad. Una ceremonia multitudinaria que coincidido con la clausura de la I Jornada Mundial del Niño, comenzada el sábado y que ha congregado a unas 70.000 personas provenientes de hasta 77 países de todo el mundo según fuentes vaticanas.
La homilía del Papa estuvo marcada por un tono más distendido y jovial de lo habitual, dirigiéndose a los miles de niños presentes en la plaza de San Pedro, a quienes comenzó recordando el sentido de su presencia en la misa, "rezar juntos y rezar a Dios".
A modo de una catequesis de iniciación, Francisco recordó que esa oración dirigida a Dios lo es a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, "un dios en tres personas".
Comenzó invitando a pedir a Dios Padre "que nos acompañe en la vida y que nos haga crecer", y a Jesús "que esté cerca de nosotros", a lo que siguió una explicación de la confesión.
Y si hay un hombre o una mujer, pecador, muy pecador, les dijo, "¿los perdona? ¿Perdona al más feo de los pecadores? No os olvidéis de esto: Jesús perdona todo, siempre perdona. Nosotros debemos tener la humildad de pedir perdón".
Acto seguido explicó algunas nociones del Espíritu Santo, que se recibe en los sacramentos y "nos acompaña en la vida, nos habla en el corazón y nos sugiere las cosas buenas que debemos hacer. Es Aquel que cuando hacemos algo mal nos reprende por dentro, nos da la fuerza, nos consuela en las dificultades".
"Felices porque creemos"
Fue así como Francisco expresó en pocas líneas y minutos el misterio de la Trinidad y de "la fe que nos hace felices": "Estamos todos felices porque creemos. Y creemos en Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, el Padre nos creó, Jesús nos salvó y el Espíritu Santo nos acompaña".
Antes de concluir, recordó a los niños la importancia de rezar a la Virgen María, con quienes recitó el Ave María y les pidió rezar "por los padres, abuelos y niños enfermos", así como "por la paz y para que no haya guerras".
Concluida la misa, emitió una última oración coreada por miles de niños y anunció la fecha de la celebración de la próxima Jornada Mundial del Niño, que tendrá lugar en septiembre de 2026.
La misa de la Santísima Trinidad fue el colofón de un evento que comenzó este sábado y que tuvo uno de sus puntos álgidos en el encuentro del Papa con una multitud reunida en el Estadio Olímpico de Roma, donde intercambió abundantes palabras y testimonios con los presentes.
Destacó también la recepción que el sábado concedió el pontífice a un grupo de niños procedentes en su mayoría de zonas de guerra como Ucrania y Palestina o Bielorrusia e Indonesia, presentados por el padre Marcin Schmidt, secretario general de la Fundación "5P Global".