El Papa Francisco ha recibido este jueves a los participantes de la Plenaria de la Congregación para el Clero donde habló a los presentes de cómo deben ser los sacerdotes jóvenes y para ello reflexionó sobre la Ratio Fundamentalis, el nuevo documento aprobado en diciembre por esta congregación vaticana que trata sobre la formación de los sacerdotes católicos.

De este modo, Francisco recordó que ser sacerdote “es jugarse la vida por el Señor” e invitó a los jóvenes que han optado por la vida religiosa a “abrirse a las sorpresas de Dios”.

El Papa habló de una realidad que viven muchos jóvenes sacerdotes: “sienten una profunda alegría y la fuerza de la unión recibida, pero su espalda comienza a cargarse gradualmente por el peso de la responsabilidad, de los numerosos compromisos pastorales y de las expectativas del pueblo de Dios”.


Ante esta situación, Francisco se preguntó “cómo vive todo esto un joven sacerdote, qué es lo que lleva en el corazón, de qué tiene necesidad para que sus pies, que acuden a llevar el feliz anuncio del Evangelio no se paralicen ante el miedo o ante las dificultades”.

El propio Papa quiso animar a los sacerdotes jóvenes con su respuesta: “¡Vosotros habéis sido elegidos, sois queridos por el Señor!”. Y además, les dijo que “Dios os mira con ternura de Padre y, tras haber hecho que vuestros corazones se enamoraran, no dejará que vuestros pasos vacilen. A sus ojos sois importantes y tiene fe en que estaréis a la altura de la misión a la que os ha llamado”.

El Papa, emocionado, al hablar de este asunto recordaba que “siempre me alegro cuando me reúno con sacerdotes jóvenes porque en ellos veo la juventud de la Iglesia”.


“Quiero subrayar, principalmente para los jóvenes sacerdotes, algunas actitudes importantes, rezar sin cansarse, caminar siempre y compartir con el corazón”, dijo el Santo Padre refiriéndose al nuevo documento de la Congregación para el Clero.

En esta catequesis en la que se convirtió su intervención el Papa explicó estas “actitudes importantes”.  Acerca de “rezar sin cansarse”, Francisco explicó que “para poder ser pescadores de hombres tenemos que reconocer, primero, que hemos sido ‘pescados’ por la ternura del Señor” pues “nuestra vocación comenzó cuando, habiendo abandonado nuestro individualismo y nuestros proyectos personales en tierra, iniciamos el ‘santo viaje’, entregándonos a aquel Amor que nos ha buscado en la noche y a aquella voz que hizo vibrar nuestro corazón”.


Por ello, insistió a los curas jóvenes: “si no permanecemos estrechamente conectados a Él, nuestra pesca no podrá tener éxito. ¡Rezad siempre, os lo recomiendo!”. Y les explicó por qué es importante rezar asegurando que “la oración, la relación con Dios, el cuidado de la vida espiritual dan alma al ministerio, y el ministerio da cuerpo a la vida espiritual, porque el sacerdote se santifica a sí mismo, y a los otros, en el ejercicio concreto del ministerio, especialmente predicando y celebrando los sacramentos”.

Por otro lado el Papa habló de la segunda actitud que tienen que tener estos sacerdotes, “caminar siempre” pues “nunca podrá sentirse satisfecho ni podrá apagar la inquietud saludable que le hace extender las manos hacia el Señor para dejarse formar y llenar”.


Por todo ello, el joven sacerdote debe estar, según el Papa, “siempre actualizado y permanecer abierto a las sorpresas de Dios” ya que además “los sacerdotes jóvenes pueden ser creativos en la evangelización, frecuentando con discernimiento los nuevos lugares de la comunicación”.

Por último, el Papa les invitó a “compartir con el corazón”, tercera de las actitudes que deben tener estos sacerdotes. Francisco insistió en que “la vida presbiteral no es un trabajo burocrático ni un conjunto de prácticas religiosas o una liturgia a la que asistir. Ser sacerdote es jugarse la vida por el Señor y por los hermanos, llevando en carne propia la alegría y las angustias del Pueblo, invirtiendo el tiempo en escuchar para sanar las heridas de los demás, ofreciendo a todos la ternura del Padre”.