El Papa Francisco recibió en la mañana del lunes 10 de junio a delegados de ROACO, la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales, que ayudan a estas iglesias que casi siempre viven en situación de minoría, precariedad y a veces persecución directa o guerra.
En su discurso tocó diversas situaciones conflictivas, desde Siria a Ucrania, de Etiopía a Eritrea, mencionó la realidad de los migrantes y anunció su deseo de visitar Irak, si fuera posible, en 2020.
“A veces pienso en la ira de Dios que se desencadenará contra los responsables de los países que hablan de paz y venden armas para hacer estas guerras. Esta hipocresía es pecado”, declaró el Papa.
El Papa observó que desde su último encuentro con los representantes de ROACO había tenido varias ocasiones para conocer mejor algunas realidades que la atañen y citó sus viajes apostólicos a Bulgaria, Macedonia del Norte y Rumania, y especialmente la jornada de oración y diálogo con los patriarcas de Medio Oriente, el pasado 7 de julio en Bari.
Siria y la ira de Dios ante las armas
"Pienso con tristeza en el drama de Siria y en las nubes que se adensan en algunas áreas todavía inestables y donde el riesgo de una crisis humanitaria aún más grande sigue siendo alto. Los que no tienen comida, los que no tienen atención médica, los que no tienen escuela, los huérfanos, los heridos y las viudas elevan sus voces".
Reflexionó sobre como Dios, sensible, puede desencadenar su ira ante la violencia humana.
"Si los corazones de los hombres son insensibles, no lo es el de Dios, herido por el odio y la violencia que se puede desatar entre sus criaturas, siempre capaz de conmoverse y de cuidarlos con la ternura y la fuerza de un padre que protege y guía. Pero a veces también pienso en la ira de Dios que se desencadenará contra los responsables de los países que hablan de paz y venden armas para hacer estas guerras. Esta hipocresía es pecado”.
Irak, Ucrania, Tierra Santa...
Otro país que interesa al Santo Padre es Irak, al que, tras anunciar que tiene la voluntad de ir el año próximo, deseó que pueda mirar hacia adelante “a través de la participación pacífica y compartida en la construcción del bien común de todos los componentes religiosos de la sociedad, y que no caiga en tensiones que surjan de los interminables conflictos de los poderes regionales”.
“Y no me olvido de Ucrania -añadió- para que pueda encontrar paz su población, cuyas heridas causadas por el conflicto he tratado de aliviar con la iniciativa caritativa a la que contribuyeron muchas realidades eclesiales”.
Respecto a Tierra Santa, manifestó su esperanza en que el reciente anuncio de una segunda fase de estudio de la restauración del Santo Sepulcro, que ve lado a lado a las comunidades cristianas del statu quo, “sea acompañado por los esfuerzos sinceros de todos los actores locales e internacionales para que se llegue pronto a una convivencia pacífica en el respeto de todos los que viven en esa tierra, signo para todos de la bendición del Señor”.
Por último habló del grito de la gente que huye en los barcos en busca de esperanza, “sin saber qué puertos podrán recibirlos, en una Europa que, sin embargo, abre los puertos a barcos que cargan armas sofisticadas y costosas, capaces de producir una devastación que ni siquiera ahorra a los niños. Esta es la hipocresía de la que hablaba. Somos conscientes aquí de que el grito de Abel sube a Dios, como recordábamos en Bari hace un año, rezando juntos por nuestros fieles en Medio Oriente”.
Contra la colonización ideológica
El Papa instó a ROACO a proseguir e incrementar su compromiso para que en los países y en las situaciones en que actúa, los jóvenes “puedan crecer en humanidad, libres de colonización ideológica, con corazones y mentes abiertas, apreciar sus raíces nacionales y eclesiales y desear un futuro de paz y prosperidad, que no deja a nadie atrás y a nadie discrimina.
Este año –observó- los jóvenes de Etiopía y Eritrea después de la paz tan esperada entre los dos países, abandonando las armas sienten que son verdaderas las palabras del Salmo: ‘Has cambiado mi lamento en la danza’. Estoy seguro de que los jóvenes sienten la fuerte referencia a esa fraternidad sincera y respetuosa que recordamos con el documento firmado en Abu Dabi junto con el Gran Imam de Al-Azar. Ayúdenme a darlo a conocer y a difundir esa buena alianza para el futuro de la humanidad que contiene”.
“Comprometámonos todos –concluyó- a defender aquellas realidades que viven el mensaje desde hace años, con especial atención a las instituciones educativas, escuelas y universidades, tan preciosas especialmente en el Líbano y en todo el Medio Oriente, laboratorios auténticos de convivencia y escuelas de humanidad a las que todos pueden acceder fácilmente”.