La entrevista tuvo lugar el 22 de noviembre de 2016 en Roma, pero no se ha difundido hasta este domingo 29 de enero a las 9:00 p.m., hora de Los Ángeles, Estados Unidos.
El entrevistador ha sido el mismo fundador de ESNE, Noel Díaz, que es periodista. Ya se conocían: durante el vuelo del Papa hacia México en febrero de 2016, Noel Díaz le lustró los zapatos al Pontífice al relatarle que eso era lo que hacía cuando era niño, desde los 8 años, para ayudar a mantener a su familia. Noel Díaz era hijo de madre soltera pobre, vendedora de flores. Este es el texto de la entrevista transmitida el 29 de enero. En azul publicamos las preguntas del entrevistador.
-Le agradezco la visita y usted se ha venido con ganas de tirarme la lengua o sea de hacerme hablar, así que dese gusto y pregunte.
- No se olviden que tenemos una madre. Cuando Juanito el hoy San Juan Diego le escapaba un poco a la Virgen, a la Madre, porque... esta Señora me pone en complicaciones, ella le dijo: ''Niño Juanito, no tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?''. Nosotros somos un pueblo que también tiene una madre, y Jesús nos la dejó, su Madre y nuestra Madre, y un pueblo con madre tiene que sentirse seguro.
»Los monjes rusos de la época medieval o antes, tienen un consejo muy lindo. Antes decían ''cuando hay turbulencias espirituales, acogerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios"; y eso es lo que puedo y quiero decirles, ella se lo dijo a Juanito en su lengua, "no tengas miedo. ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?". Y ese es como el saludo que les quiero dar.
- A veces creo que el mejor negocio que podemos hacer con muchos cristianos, es venderles naftalina para que se la pongan en la ropa y en su vida y no se apolillen, porque están encerrados y se van a apolillar.
»Tienen que salir, tienen que salir, tienen que ir a llevar el mensaje de Jesús; el mensaje de Jesús no es para conservarlo para mí. El mensaje de Jesús es para darlo; así como yo lo recibo de Él a través de un hermano o de una hermana me viene esa gracia, yo la doy; eso es lo que tienen que hacer todos los cristianos.
»Yo no me puedo guardar en conserva el mensaje de Jesús. No es para guardarlo, es para darlo entonces, cada uno ve que ese mensaje pasa por mis manos lo voy entregando y de esa manera salgo de la cueva.
- Por supuesto. O sea, las parroquias a la calle, cualquier institución a la calle, a la calle en el sentido de salir a buscar puertas abiertas. Mi corazón a la calle, es decir, mi corazón cristiano abierto a un mensaje al que sufre, al que está pasando un mal momento, al enfermo, es decir, las obras de misericordia que son como la columna vertebral del Evangelio.
»Si nosotros leemos las preguntas que nos va a hacer Jesús cuando nos juzgue, son las obras de misericordia, Mateo 25, tuve hambre me diste de comer.
- Coraje, coraje ¿eh? Como que estamos cómodos y la comodidad nos traiciona. Coraje para salir, eso que tenía San Pablo, ese fervor apostólico, fervor apostólico y llevar, llevar lo que hemos recibido. Lo hemos recibido gratuitamente, darlo gratuitamente, pero el coraje.
- Sobar el lomo es decir "qué bueno que sos", adular, ¿no? Vengo a pincharlos a que salgan, un cristiano sin coraje no es cristiano. ¿Cuál es el último mandato de Jesús a sus apóstoles? ¿Vayan a la esquina? No. Vayan al otro pueblito de al lado, ¡No! Vayan a la otra ciudad más grande, no. Vayan a todo el mundo, les metió ese horizonte. Ese es el coraje: al final Mateo 28 ¿no?
»Vayan a todo el mundo enseñando las cosas que yo les enseñé y bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ¡y sepan que yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo! Y ese es el sostén del coraje, primero viene de la madre y ahora de Jesús.
»Jesús es el que nos mantiene en el coraje apostólico que nos mantiene a llevar el mensaje, y eso lo hago, estoy en casa y está fulano enfermo, lo voy a ver y dejo caer una gotita de palabra a aquel tiene esta dificultad... una gotita de palabra. No sé, cada uno vea la manera como puede llevar adelante eso.
- Una imagen que yo suelo usar mucho es que las iglesias tienen que tener las puertas abiertas. Una iglesia con puertas cerradas no sirve. En el apocalipsis hay una cosa muy bella y está en el capítulo 1 o 2, cuando Jesús habla a las 7 iglesias y a una de las siete iglesias les dice: “Yo estoy a la puerta y llamo, si alguien me abre yo voy a entrar, voy a cenar con él”.
»O sea Jesús que golpea la puerta de nuestro corazón para que le abramos, pero a mí se me ocurre pensar -¡de puro malo que soy!- se me ocurre pensar que muchas veces Jesús está golpeando la puerta pero desde adentro para que lo dejemos salir a evangelizar.
»A veces los cristianos lo tenemos encerrado. Una iglesia que tiene las puertas cerradas es una iglesia que tiene a Jesús golpeando las puertas desde adentro porque quiere salir.
- Esta es una idea mía ¿no?, pero estoy casi seguro que así es, falta oración. Porque sin oración no hay coraje, falta intercesión, tenemos que orar más y salir, pero con oración siempre, porque salgo con el Señor. ¿No es cierto? La oración es lo que me une al Señor, educar en la oración, en la lectura meditada de la palabra de Dios y orante, ¿no?
»Creo que técnicamente la llaman la lectio divina ¿no? Ese es un ejercicio tan lindo, y todos tenemos un cuarto de hora por día para hacerlo, tomar la Biblia, un pedazo y rumiar un poquito y orar, entonces la oración y orar.
- Todo eso que usted ha dicho. Es tanta la variedad de cosas ¿no?. Que las bienaventuranzas vayan creciendo en esa casa, son un programa evangélico. Las Bienaventuranzas.
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- Iglesia en salida es una. Puertas abiertas, salir, cristianos en la calle, cristianos convencidos. Iglesia orante, no puedo llegar a Jesús si no hablo con Él si no lo conozco. Iglesia orante intercesora, quiero tocar un puntito que es clave, cristianos que sepan adorar al Señor, adorar a Dios.
»El acto de adoración en silencio, un acto de adoración, uno sale con la fuerza de saber que hay alguien allá arriba, que es el Señor es Dios, es la fuerza más grande, adorar a Dios: yo te adoro Señor, porque nuestra oración a veces es muy mezquina, voy para pedir, “Señor dame esto tengo este problema”. Está bien. Él nos quiere nos da una mano y arregla cosas.
»Usted lo sabe por experiencia, pero, también algunos van a agradecer, pero ya es menos los que van a agradecer, pero adorar, que poquitos saben adorar, adorar a Dios que es el Señor en este mundo donde está lleno de señores, caciques diría yo, caciques de señores mundanos. No sé, que se creen los dueños del planeta, y este, no sé.
»No me refiero a los que gobiernan los pueblos, no, también millonarios. El único señorío es del Señor, esos señoríos son el espíritu del mundo y esto es otra cosa, esto es lo que me gustaría dejar, dejar en cada hogar cristiano, en cada familia cristiana, en cada pueblo cristiano: la conciencia de que el espíritu del mundo no es de Dios, es la antítesis de Dios.
»Por eso el Señor Jesús, cuando en la Última Cena ruega al Padre, ruega, no para que los saques del mundo, sino para que los defiendas. Nosotros tenemos que estar en el mundo, no somos monjes de clausura, tenemos que estar bien metidos en el mundo. Los monjes de clausura están en el mundo de otra manera pero están, pero tener cuidado que la mundanidad no nos corrompa.
»La mundanidad empieza por el dinero, el diablo entra por el bolsillo, en el dinero. Jesús al dinero le dio estatus de señor, cuando dice nadie puede servir a dos señores, a dos patrones. O sirve a Dios o sirve al dinero, no dice al diablo, al dinero, o sea es señor, señor del mundo.
»Servir a Dios significa no estar dependiendo del dinero. Al centro de mi vida está el Señor, no el dinero. Ese pasaje del Evangelio a mí siempre me impresionó, Jesús dice: el señor dinero. Es un señor pero cuando manda destruye, cuando se usa para utilizar a las personas.
»Además te da seguridad, una seguridad que no es la de Dios, simplemente que uno necesita su sueldo de todos los meses todo, pero vivirlo con cierta sobriedad, austeridad. Recuerdo una vez hace muchos años, conocí a una persona, la había visto una sola vez. Sabía quién era, muy importante, un empresario muy importante, yo era muy amigo de un pariente de él.
»Un día me contó que está muy mal, tiene un cáncer y es terminal, es un hombre, él dice que es cristiano, dice que es católico, sería bueno que se acercara un sacerdote para darle los sacramentos y se prepare a bien morir. Creo que sí, que recibió al sacerdote, pero era tal su arraigo al dinero que ese hombre tres días antes de morir, internado, compró una villa. No sé si por Suiza, por Austria o dónde, lujosísima, para él, para los tres días que le quedaban. Además, la casa que tenía y todas las casas de veraneo, todo eso, o sea no pudo liberarse, en los umbrales de la eternidad, no pudo liberarse del dinero.
»No digo que se haya condenado o no, porque recibe el sacramento y Dios sabe perdonar... pero el dinero, cuando te agarra… pero ese es el primer paso adonde te lleva el dinero, a la vanidad.
»Segundo paso: y la vanidad te llena la cabeza de humo, entonces uno en vez de mirar a la gente a los ojos, la mira así, la mira de costado. Soy superior, la vanidad, le gusta aparentar al vanidoso, como el pavo real, el pavo real uno lo mira y qué cosa hermosa, pero ¿cuál es la verdad del pavo real? Da la vuelta y miras lo de atrás. Es la verdad, hablo de cosas reales. El segundo paso es la vanidad y ¿Cuál es el tercer paso? El orgullo, la soberbia y de ahí todos los pecados.
»El primer paso: el dinero, el diablo se mete por el bolsillo. Segundo paso, la vanidad, porque tengo el dinero soy vanidoso, en vez de usarlo para bien lo uso para mí mismo, para maquillarse el alma, maquillarme la vida, maquillarme todo, maquillarme la importancia social... lo que sea. El tercer paso es el orgullo, la soberbia, que es la virtud del demonio.
- Me parece bien. Que el Señor ayude en todo esto. Que el Señor ayude. Vea cómo el demonio le sobó el lomo a Jesús, después de ayunar en el desierto, sintió hambre, y se le acercó: ”si vos sos el hijo de Dios”. Sospechaba el demonio, muy inteligente...”haced un milagro... haced que estas piedras sean pan y tenés el poder... una riqueza... el pan a mano”. Jesús le contesta (después vuelvo sobre las respuestas).
»Segundo paso: “¿Qué vas a hacer ahora, te vas a pasar predicando y todo? Junta la gente, subite al techo del templo, tírate abajo, no te va a pasar nada porque los Ángeles te van a sostener, y con ese espectáculo ya todo el mundo va a creer en ti”. Vanidad.
»Jesús le contesta, cuando vio que no, no enganchaba. Lo lleva a lo alto y le hace ver todos los reinos de la tierra y ahí se saca la careta y le dice “te los regalo todos si me adoras”. El último precio que pone. ¿Cómo contestó Jesús al diablo? ¡No le contestó con una palabra suya!, ¡Porque con el diablo no se dialoga! No se puede dialogar, porque nos gana siempre. Le contesta con la palabra de Dios: “No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. No tentarás al Señor tu Dios, Adorarás al Señor tu Dios y a Él solo servirás”. ¿Por qué? Porque una palabra suya puede ser peligrosa frente a la astucia del demonio, ¡cuando el demonio tienta la palabra de Dios!
- Bueno a los jóvenes, lo que yo les pido es que no se jubilen a los 20 años. Es muy triste ver un joven que se jubile. El joven tiene que mirar adelante y luchar y pelear y usted puede hablar contando su vida a los jóvenes, miró siempre adelante y tantos así.
»Por favor, chicos, no se jubilen, el futuro depende de ustedes, de los jóvenes ¿eh? Tengan coraje, se van a equivocar mil veces, pero van a hacer cosas. Hay una manera de no equivocarse: quedarse encerrados en la casa, se quedan encerrados se jubilan y se apolillan… Un joven con el alma apolillada... qué feo, muy feo. Salgan, tengan ilusiones, apuesten a la vida, pero también hablen con los abuelos.
»El profeta Joel en el capítulo cuarto dice una cosa muy hermosa: hablando de la gracia de Dios, en el pueblo de Dios: entonces los ancianos tendrán sueños, y los jóvenes van a profetizar a los del medio, los deja al costado. La memoria de los pueblos son los ancianos: anímense, hablen con los abuelos y de ahí saquen fuerzas de esa memoria.
»Para ir adelante, profeticen, no profeticen solos, sino a partir de la memoria de los viejos. Vayan adelante, un pie apoyado en la memoria y el otro adelante. La esperanza, el coraje, nada de jubilación, nada de apolillamiento, nada de irse solitos. No, enganchados a la memoria del abuelo y profetizando al futuro. Anímense, les va a ir muy bien.
- Cuiden a sus hijos, Dios sabe, Dios es el gran padre, y sabe la historia de cada una, cada uno, cómo llegó a esa situación. En sus manos tienen una promesa, tienen un futuro. Cuídenlos, dedíquense a sus hijos y mucha ternura por favor.
»Una de las enfermedades que tiene el mundo de hoy es la cardioesclerosis, corazones escleróticos, duros, no saben expresar el amor y el cariño. Ternura, necesitamos ternura, necesitamos la revolución de la ternura, usted tiene ese niño, vino como vino, pero con mucha ternura llevarlo adelante y ustedes mismos de esta manera contagien ternura.
- De las cosas más tristes porque ellos son los que nos dieron la vida, los que tienen la memoria de los pueblos, y en este mundo, en esta cultura que es la cultura del descarte, ya cuando el abuelo no sirve se descarta.
»Mi abuela me contaba, de chicos nos contaba muchas historias, recuerdo una: un señor de familia bien trabajador de una linda familia, estaba casado, varios hijos y su papá, viudo, vivía con ellos, pero el papá se fue poniendo viejo y... en la mesa cuando comía se le caía un poco la comida, se babosea.
»Entonces él dijo: no, a papá no lo podemos tener con nosotros porque no podemos invitar gente. Entonces, le compró una mesa chiquita y lo mandó a comer en la cocina, entonces la familia comía en el comedor y el viejito en la cocina, porque se baboseaba y quedaba mal. ¡Claro en el fondo estaba negando a su padre! ¿No?
»Y bueno a la semana llega del trabajo y encuentra a su hijo el más pequeño que tenía 4 años, y estaba con un martillo, unos clavos ahí, unas maderas jugando. Entonces el papá le pregunta: ¿qué estás haciendo? Estoy haciendo una mesa, papá. ¿Una mesa para qué? Para cuando vos seas viejo, para que puedas comer en la cocina. El chico vio eso [el Papa apunta su dedo al corazón].
»Yo les digo: si ustedes abandonan a los abuelos, sepan que la vida les puede pagar con la misma moneda. Los abuelos son la memoria, no descartarlos, la memoria de la familia, la memoria del pueblo, la memoria de la fe, no descartarlos, los abuelos son una riqueza muy grande.
»Conozco un lugar, un país que está pasando por una crisis de desocupación bastante fuerte, y claro los abuelos tienen la pensión, tienen la jubilación. El interés no es por amor, el amor al abuelo se despertó en ese lugar por el comentario de toda la gente, se acordaron de los abuelos por la pensión, la jubilación. A los abuelos yo les diría: ustedes tienen el privilegio de poder orar, sean intercesores de sus hijos, de sus nietos, de sus bisnietos, oren, oren, con su oración sostengan a la familia.
- A veces, el párroco tiene que llevar tantas cosas además de los problemas de la parroquia, los problemas que se les confían y pueden caer en un gran cansancio. Yo les diría: frenen un poco cuando están así. Cuando están así váyanse al sagrario, delante de la imagen de la Virgen, descansen un poquito. “Padre, si hago eso me duermo”. Dormite 20 minutos delante del Señor que te va a hacer bien.
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- Bueno usted se me adelantó un poquito, pero… en la respuesta. Pero el mensaje de Dios: tengan puntería, o sea, que caiga en tierra buena, pero algunos van sembrando como quien va de paseo y no les interesa la semilla, no la palabra, la semilla sagrada, fíjate bien donde cae, no las desperdicies.
- Adelante, coraje, oración y mucha ternura, mucha ternura. Les bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.