En la audiencia general de los miércoles el Papa Francisco ha reflexionado sobre una nueva obra de misericordia corporal: acoger al peregrino, al extranjero. Según recoge Zenit, en el resumen hecho en español de la catequesis, el Santo Padre ha explicado que “la historia de la humanidad es una historia de migraciones, no existe un pueblo que no haya conocido este fenómeno”.
Tampoco –ha recordado– la historia de la salvación es ajena a esta situación. “Abrahán, Moisés, incluso Jesús ha dejado su tierra y se ha puesto en camino”, ha precisado Francisco.
Estas situaciones –ha señalado– a veces se han visto unidas a graves crisis sociales, que a lo largo de los siglos se han afrontado con dos actitudes: “la de cerrarse al que viene” o la de “acogerlo”.
De este modo, el Santo Padre ha reconocido que “levantar muros” hace más ruido que “la silenciosa acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y refugiados”, pero cerrarse “no es la solución, sólo favorece los tráficos criminales”. La única respuesta –ha asegurado– es la de la solidaridad.
Asimismo, el papa Francisco ha subrayado que “el compromiso de los cristianos es urgente”. Todos, ha aseverado el Pontífice, tenemos el deber de acoger al hermano que huye de la guerra, el hambre o la violencia y estamos llamados a salir al encuentro del que sufre para llevarle el abrazo y la misericordia de Dios.
A continuación, el Papa ha saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Así, les ha invitado a pedir al Señor “la gracia de abrirnos al hermano, acogerlo”, para poder “restituirle la dignidad que, en muchos casos, ha perdido por los abusos, el egoísmo, la criminalidad, así nuestra vida será fecunda y nuestras sociedades recuperarán la paz”.
Después de los saludos en las distintas lenguas, el Santo Padre ha dedicado unas palabras a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. De este modo, ha indicado que a finales del mes de octubre desea recomendar la oración del Rosario. Por eso ha pedido que esta sencilla oración mariana les indique a los jóvenes “el camino para interpretar la voluntad de Dios” en su vida.
A los enfermos les ha pedido que amen esta oración “porque lleva en sí la consolación para la mente y el corazón”. Finalmente, ha exhortado a los recién casados para que se convierta en “un momento privilegiado de intimidad espiritual” en su familia.