Se desplazó hasta allí en un vehículo Golf con ventanas oscurecidas y entró a saludar a la escuela provisional organizada por Protección Civil de la región del Trentino, donde saludó a alumnos y maestros, acompañado del obispo de Rieti, Domenico Pompii.
El Papa también ha entrado en la llamada “zona roja”, cerrada por el peligro de desprendimientos en los edificios que han quedado en posiciones inestables.
El domingo, en el vuelo de vuelta de Bakú, el pontífice ya había adelantado que quería hacer una visita “privada, solo, como sacerdote, como obispo, como Papa, pero solo. Quiero hacerla así, y estar cerca de la gente”.
Hablando en la escuela, el Papa dijo: “No quería molestar, he dejado pasar un poco de tiempo, con el fin de que arreglasen algunas cosas como la escuela, pero desde el primer momento he sentido que tenía que venir con vosotros. Sencillamente, para nada más que orar. Oro por vosotros. Cercanía y oración, esta es mi ofrenda para vosotros. Para que el Señor os bendiga a todos vosotros y la Virgen os cuide en este momento de tristeza y dolor y de prueba. ¡Seguid adelante! Siempre hay futuro. Hay tantos seres queridos que nos han dejado. Han caído aquí, pidamos a la Virgen por ellos, lo hacemos todos juntos", dijo para comenzar a rezar el Ave María.
Después de una hora, el Papa dejó Amatrice, con las ventanas del vehículo abertas y saludando, y se desplazó a otras zonas afectadas: Accumoli y Arquata del Tronto.
También ha visitado la Residencia Sanitaria San Raffaele Borbona de Rieti, que acoge personas no autosuficientes y que no pueden atenderse en sus domicilios. Esta obra caritativa católica hospeda 60 enfermos crónicos.