El Papa se encontró con miles de voluntarios y miembros del Comité Organizador de la JMJ Cracovia 2016 en el domingo por la tarde para darles las gracias y dejar un encargo para el encuentro de Panamá 2019: escuchar a los padres y ancianos para tener memoria, y afrontar el presente con coraje y el futuro con esperanza.
"No sé si estaré en Panamá, pero Pedro estará y él les preguntará", avisó. Para entonces el Papa Francisco tendrá 82 años.
En el Tauron Arena, ante unos voluntarios entusiastas, el Papa dejó su discurso oficial en italiano ("es un poco aburrido", dijo) y se pasó a improvisar en español con la participación fervorosa de los muchos voluntarios hispanohablantes. De fondo, bien grande, la histórica frase de Juan Pablo II ("no tengan miedo") e imágenes de los santos patronos de la JMJ 2016.
Además, como en su primera noche en Cracovia, el Papa recordó a Maciej Ciešla, de 22 años, que murió el 2 de julio, joven voluntario que diseñó las banderas e imágenes de San Juan Pablo II y Santa Faustina que adornan la ciudad y los actos de la JMJ. "Tuvo coraje, coraje de enfrentar y coraje de seguir luchando aún en la peor de las condiciones. Ese joven hoy no está acá, pero ese joven sembró esperanza para el futuro", explicó, poniéndolo como modelo.
[La historia completa de Maciej y de cómo la enfermedad y la JMJ reavivaron su fe está explicada aquí]
Queridos voluntarios: Antes de regresar a Roma, siento el deseo de encontraros y, sobre todo, de dar las gracias a cada uno de vosotros por el esfuerzo, la generosidad y la dedicación con la que han acompañado, ayudado y servido a los miles de jóvenes peregrinos. Gracias también por vuestro testimonio de fe que, unido al de los muchísimos jóvenes de todo el mundo, es un gran signo de esperanza para la Iglesia y para el mundo.
Al entregarse por amor de Cristo, han experimentado lo hermoso que es comprometerse con una causa noble.
Preparé un discurso, un poco aburrido, 5 páginas, lo entrego.
Me dicen que puedo hablar en cualquier lengua porque todos tienen traductor, ¿si?
¿Hablo español?
[Síii, grita la gente]
Esto de preparar una Jornada de la Juventud es toda una aventura, es meterse en una aventura y llegar, llegar, servir, trabajar, hacer y después despedirse. Primero la aventura, la generosidad, yo les quiero agradecer a ustedes voluntarios, benefactores todo lo que han hecho. Quiero agradecer las horas de oración que han hecho porque yo sé que esta Jornada se amasó con mucho trabajo pero mucha oración.
Gracias a los voluntarios que dedicaron tiempo a la oración para que podamos llevar adelante. Gracias a los sacerdotes, a los sacerdotes que los acompañaron, gracias a las religiosas que los acompañaron, a los consagrados, y gracias a ustedes que se metieron en esta aventura con la esperanza de llegar adelante.
El obispo cuando hizo la presentación les dijo un, no sé si van a entender la palabra, ¡un piropo! ¿Entendieron? Les dijo un cumplido, ustedes son la esperanza del futuro y es verdad, pero con dos condiciones. ¿Quieren ser esperanza para el futuro o no?
Con dos condiciones. No, no hay que pagar la entrada. La primera condición, tener memoria: preguntarme de dónde vengo, memoria de mi pueblo, memoria de mi familia, memoria de toda mi historia. El testimonio de la segunda voluntaria estaba lleno de memoria, lleno de memoria. Memoria de un camino andado, memoria de lo que recibí de mis mayores. Un joven desmemoriado no es esperanza para el futuro, ¿está claro?
Padre, ¿y cómo hago para tener memoria? Habla con tus padres, habla con los mayores, sobre todo habla con tus abuelos, ¿está claro?
De tal manera que si vos querés ser esperanza del futuro tenés que recibir la antorcha de tu abuelo y de tu abuela, ¿está?
¿Me prometen, me prometen que para preparar Panamá van a hablar más con los abuelos? Y si los abuelos ya se fueron al cielo, ¿van a hablar con los ancianos? ¿Y les van a preguntar? ¿Y les van a preguntar? Pregúntenles, son la sabiduría de un pueblo. Entonces para ser esperanza, primera condición, tener memoria, ustedes son la esperanza del futuro les dijo el obispo.
Segunda condición: y si del futuro soy esperanza y para el pasado tengo memoria me queda el presente, ¿qué tengo que ser en el presente? Tener coraje, tener coraje, ser valiente, no asustarse.
Escuchamos el testimonio, la despedida, testimonio despedida de este compañero nuestro a quien el cáncer le ganó. Quería estar aquí y no llegó, pero tuvo coraje, coraje de enfrentar y coraje de seguir luchando aún en la peor de las condiciones. Ese joven hoy no está acá, pero ese joven sembró esperanza para el futuro. Entonces, para el presente: coraje. Para el presente, valentía, coraje. ¿Está claro? Y entonces, si tienen, ¿qué era lo primero? Memoria. ¿Y si tienen? Coraje. Van a ser la esperanza del futuro. ¿Está clarito todo?
(¡Síiii!)
Yo no sé si voy a estar en Panamá, pero les puedo asegurar una cosa, que Pedro va estar en Panamá y Pedro les va a preguntar si hablaron con los abuelos, si hablaron con los ancianos para tener memoria, si tuvieron coraje y valentía para enfrentar las situaciones y sembraron cosas para el futuro y, a Pedro le van a responder. ¿Está claro?
Que Dios les bendiga mucho, gracias, gracias por todo.
Ahora todos juntos, cada uno en su lengua, le rezamos a la Virgen.
(Ave María)
Y les pido que recen por mí no se olviden y les doy la bendición. Que los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Ah, y me olvidaba ¿cómo era? Memoria, coraje, futuro…