En una nueva audiencia jubilar, el Papa quiso hablar de la conversión, algo que tanto tiene que ver con la misericordia, algo que quiso dejar muy claro en sus palabras, tal y como recoge Sergio Mora en Zenit:
En un sábado típico de la primavera italiana, papa Francisco realizó la audiencia del Jubileo de la Misericordia en la Plaza de San Pedro. El Papa al ingresar realizó un largo recorrido en por las corredores de la plaza, durante el cual fue acompañado por algunos niños que subieron al jeep descubierto, y como es su costumbre el Pontífice saludó los presentes y de modo particular a algunos enfermos.
Al dirigirse a los peregrinos de idioma español, el Papa hizo un resumen de la catequesis y recordó que “Jesús se manifestó después de su resurrección varias veces a sus discípulos y les indicó que la predicación se debía centrar en el ‘perdón de los pecados’ y en la ‘conversión’”.
Tema el de la conversión que “está presente en toda la Sagrada Escritura” y que “para los profetas, convertirse significa cambiar de rumbo para volver de nuevo a Dios”.
Así el Santo Padre señaló que “también Jesús predicó la conversión y lo hacía desde la cercanía con los pecadores y necesitados; de este modo les manifestaba el amor de Dios. Todos se sentían amados por el Padre a través de Él y llamados a cambiar vida”.
Y que “la auténtica conversión se produce cuando experimentamos en nosotros el amor de Dios y acogemos el don de su misericordia” y que “un signo claro de que la conversión es auténtica es cuando caemos en la cuenta de las necesidades del prójimo y salimos a su encuentro para ayudarle”.
El Pontífice concluyó sus saludos dirigiéndose en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica, a quienes deseó: “Que el Señor Jesús nos conceda la gracia de la auténtica conversión de nuestra vida. Si nos abrimos a la misericordia de Dios, encontraremos la verdadera alegría del corazón”.