Jesús, María, los Apóstoles y cristianos de todas las épocas han orado con los Salmos, 150 textos del Antiguo Testamento que, dijo el Papa forman "una sinfonía de oración".
En la Audiencia general y catequesis de este miércoles, el Papa recordó que en los Salmos hay distintos tipos de oración: "alabanza, acción de gracias, súplica, lamento, narración" y otros...
El Papa confesó un detalle personal. "Tengo en mi escritorio una edición en ucraniano" del Nuevo Testamento junto con los Salmos, un libro que perteneció a "un soldado que murió en la guerra, y que me enviaron. Y él rezaba en el frente con este libro".
Con todo, algunos Salmos pueden chocar al cristiano de hoy. "Reflejan, a veces, una situación histórica y una mentalidad religiosa que ya no son las nuestras", avisó el Papa. Esto no significa que no sean inspirados, sino que en algunos aspectos están ligados a una época y a una etapa provisional de la revelación, como ocurre también con gran parte las leyes antiguas.
Pero con los Salmos oraron Jesús, María, los Apóstoles y "las comunidades cristianas que nos precedieron". Al recitarlos entramos en una "gran orquestación que es la comunión de los santos".
El papa Francisco en su audiencia pública del 19 de junio saluda a los peregrinos en la Plaza de San Pedro:
Que no sea recitar un pasado, sino meditar versículos
Los cristianos hoy encuentran cada domingo un salmo en misa, y los usan también los que rezan los textos de la Liturgia de las Horas. Pero el Papa anima a que sean "nuestra oración", no sólo una herencia del pasado.
El Papa propone usar versículos "que hablan a nuestro corazón" y "repetirlos y rezarlos a lo largo del día".
El Papa detalló que al contrario que otras oraciones "los salmos no pierden su eficacia a fuerza de repetirlos; al contrario, la aumentan".
Por ejemplo, se pueden usar ante el remordimiento, el miedo o la angustia: "Ten piedad de mí, oh Dios, en tu amor", podemos recitar, o bien "El Señor es mi pastor, nada me falta".
También se pueden usar para declarar nuestro deseo de Dios: "Oh Dios, tú eres mi Dios (...) mi alma tiene sed de ti".
Los Salmos hacen que nuestra oración sea más rica, que no sea solo petición. "Nos ayudan a abrirnos a una oración menos egocéntrica: una oración de alabanza, de bendición, de acción de gracias; y nos ayudan también a ser la voz de toda la creación, haciéndola partícipe de nuestra alabanza", detalló el Papa.
En este año 2024, que prepara a la Iglesia para el jubileo de 2025, el Papa anima a usar estas palabras (los salmos, palabras especiales que el Espíritu Santo ha dado a su esposa la Iglesia a través de la Biblia) para "hacer de este año preparatorio del Jubileo una sinfonía de oración".