El Papa Francisco celebró este martes la Eucaristía en la Casa Santa Marta y en su homilía invitó a no olvidar nunca la gracia de la salvación que se da al que tiene un corazón sincero y capaz de misericordia.
De este modo, recordó el Evangelio de Marcos en la que los discípulos discutían entre sí por la gestión de cosas materiales, concretamente porque en la barca no habían llevado pan.
"La medicina contra la dureza del corazón es la memoria". Francisco en la misa matutina en la Casa Santa Marta nos invita a no olvidar la gracia de la salvación que vuelve al corazón sincero y capaz de misericordia.
La "compasión" del Señor
Tal y como recoge Vatican News, el Papa Francisco se inspirado en esta escena del Evangelio para hacer comprender la diferencia que hay entre un "corazón endurecido" como el de los discípulos y un "corazón compasivo" como el del Señor, que expresa su voluntad:
En este sentido, explicó que “la voluntad del Señor es la compasión: ‘Quiero misericordia y no sacrificio’. Y un corazón sin compasión es un corazón idólatra, es un corazón autosuficiente, que va adelante sostenido por su propio egoísmo, que se vuelve fuerte sólo con ideologías. Pensemos en los cuatro grupos ideológicos de la época de Jesús: los fariseos, los saduceos, los esenios, los zelotes. Cuatro grupos que habían endurecido el corazón para llevar adelante un proyecto que no era el de Dios; no había lugar para el proyecto de Dios, no había lugar para la compasión”
Sin embargo, Francisco dijo que hay una "medicina" contra la dureza del corazón y es la memoria. “Cuando el corazón se endurece, cuando el corazón se endurece, se olvida... Se olvida la gracia de la salvación, se olvida la gratuidad. El corazón duro lleva a las peleas, lleva a las guerras, lleva al egoísmo, lleva a la destrucción del hermano, porque no hay compasión. Y el mensaje de salvación más grande es que Dios ha tenido compasión de nosotros. Esa frase del Evangelio, cuando Jesús ve a una persona, una situación dolorosa: ‘tuvo compasión de ellos’. Jesús es la compasión del Padre; Jesús es la bofetada de toda dureza de corazón”, señaló.
Un corazón "abierto y compasivo"
Francisco animó a pedir la gracia de tener un corazón "no ideologizado" y por lo tanto endurecido, sino "abierto y compasivo" ante lo que sucede en el mundo "porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; preso, y me vinieron a ver, estuve afligido y me consolaron”. Esta cita del Evangelio –agregó el Papa- “es compasión, es la no-dureza de corazón".
Por último, añadió que “cada uno de nosotros tiene algo endurecido en el corazón. Hagamos memoria y que sea el Señor quien nos dé un corazón recto y sincero como hemos pedido en la oración colecta, donde habita el Señor. En los corazones duros no puede entrar el Señor; en los corazones ideológicos no puede entrar el Señor. El Señor sólo entra en los corazones que son como su corazón: los corazones compasivos, los corazones que tienen compasión, los corazones abiertos. Que el Señor nos conceda esta gracia”.