El Papa Francisco y Kiril, patriarca de Moscú y cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, celebraron este miércoles una videoconferencia para conseguir una "cooperación bilateral" en torno a la guerra de Ucrania.

En el encuentro acompañó al Papa el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, haciendo de traductor el franciscano ucraniano a quien Francisco animó públicamente en la audiencia general del 2 de marzo porque sus padres se encuentran en Kiev. A Kiril le flanqueaba el metropolita Hilarión, jefe del departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú.

Según manifestó al término de la reunión el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, el Papa agradeció al líder ortodoxo esta conversación, motivada por el deseo de ambos de "señalar, como pastores de su pueblo, un camino hacia la paz, para rezar por el don de la paz, para que cese el fuego".

Ambos coincidieron en que el papel de los cristianos y sus pastores es "hacer todo lo posible para que prevalezca la paz", y "no utilizar el lenguaje de la política, sino el de Jesús": "Somos pastores de un mismo Pueblo Santo que cree en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Santa Madre de Dios: por eso debemos unirnos en el esfuerzo por ayudar a la paz, por ayudar a los que sufren, por buscar caminos de paz, por detener el fuego", dice el comunicado final dado a conocer por el Vaticano.

Francisco y Kiril abogan por el feliz resultado de las negociaciones emprendidas por Moscú y Kieve, pues "quien paga la factura de la guerra es el pueblo, son los soldados rusos y es el pueblo el que es bombardeado y muere".
 
"Como pastores tenemos el deber de estar cerca y ayudar a todas las personas que sufren por la guerra. En otra época, incluso en nuestras iglesias, se hablaba de una guerra santa o de una guerra justa. Hoy no podemos hablar así. Se ha desarrollado una conciencia cristiana de la importancia de la paz", dijo el Papa. Quien añadió que "la guerra nunca es el camino. El Espíritu que nos une nos pide como pastores que ayudemos a los pueblos que sufren la guerra".

Una postura distinta es la de Kiril, quien en su sermón del 6 de marzo recordó que "si la humanidad no reconoce en el pecado una violación de la ley de Dios, si la humanidad acepta que el pecado es una de las opciones para el comportamiento humano, entonces la civilización humana terminará ahí". Un mal que el patriarca ve en el modelo que estaría pretendiendo imponerse en Ucrania desde los poderes globalistas desde 2014, como ejemplificaría, señaló, la imposición del Día del Orgullo Gay. Por ello "debemos orar para que la paz llegue cuanto antes, para que la sangre de nuestros hermanos y hermanas se detenga, para que el Señor incline su misericordia sobre la tierra sufriente del Donbás, que ha llevado este triste signo durante ocho años, generados por el pecado y el odio humanos".
 
Por último, Francisco coincidió con el patriarca en que "las Iglesias están llamadas a contribuir a fortalecer la paz y la justicia".