El Papa Francisco celebró este martes la Eucaristía advirtió de los fariseos del presente, donde enfatizó la diferencia que existe entre el amor de la gente por Jesús, porque llegaba a sus corazones, y también un poco por interés, y el odio de los doctores de la Ley, escribas, saduceos, fariseos que lo seguían para pillarlo en falta”.
Sobre estos últimos, Francisco afirma que "eran realmente un ejemplo de formalidad. Pero les faltaba vida. Eran -por así decirlo- ‘almidonados’. Eran unos rígidos. Y Jesús conocía sus almas. Esto nos escandaliza, porque ellos se escandalizaban por las cosas que hacía Jesús cuando perdonaba los pecados, cuando sanaba el sábado. Se quitaban las vestiduras. "¡Oh! ¡Qué escándalo! Esto no es de Dios, porque se debe hacer esto. No les importaba la gente: les importaba la ley, las prescripciones, las rúbricas".
Cuidado con los necios e hipócritas
Pese a ello, Francisco destacó que Jesús acepta la invitación del fariseo a almorzar, porque es libre. Y al fariseo, escandalizado por su comportamiento que va más allá de las reglas, Jesús le dice: “’Ustedes fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosan de robos y maldades'. Esas no son lindas palabras, eh? Jesús hablaba claro, no era hipócrita. Hablaba claro. Él les dice: '¿Por qué miran hacia fuera? Miren dentro lo que es'. Otra vez les había dicho: ' Ustedes son tumbas blanqueadas'. Bonito cumplido, ¿eh? Hermosos de afuera, todos perfectos....todos perfectos.... Pero por dentro, lleno de podredumbre, de avaricia, maldad. Jesús distingue las apariencias de la realidad interna. Estos señores son los 'doctores de las apariencias': siempre perfectos, pero ¿qué hay dentro?”.
Francisco recordó, tal y como recoge Vatican News, otros pasajes del Evangelio en los que Jesús condena a estas personas, como la parábola del buen samaritano o donde se habla de su ostentosa forma de ayunar y dar limosna. Porque, dice el Papa, estaban "interesados en la apariencia". "Jesús califica a esta gente con una palabra: 'hipócrita’”, añadió.
En una palabra, continúa Francisco, los fariseos y los doctores de la Ley eran personas rígidas, no dispuestas a cambiar. "Pero siempre, bajo o dentro de una rigidez -dice el Papa- hay problemas. Graves problemas (...) Detrás de las apariencias de buen cristiano, apariencias quede claro, que siempre trata de figurar, de maquillarse el alma, hay problemas. Allí no está Jesús. Ahí está el espíritu del mundo".
Jesús los llama 'necios' y les aconseja que abran sus almas al amor para que la gracia pueda entrar. Porque la salvación "es un don gratuito de Dios. Nadie se salva a sí mismo, nadie. Nadie se salva ni siquiera con las prácticas de esta gente". Finalmente, una advertencia:
"Tengan cuidado de los rígidos. Estén atentos ante los cristianos -ya sean laicos, sacerdotes, obispos- que se presentan tan 'perfectos', rígidos. Estén atentos. No está el espíritu de Dios allí. Falta el espíritu de la libertad. Y tengamos cuidado con nosotros mismos, porque esto debe llevarnos a pensar en nuestras vidas. Yo trato de ver las apariencias solamente? ¿Y no cambio mi corazón? ¿No abro mi corazón a la oración, a la libertad de oración, a la libertad de limosna, a la libertad de las obras de misericordia?".