Antes de viajar a Timor Oriental, su próximo destino, el Papa se reunió en la mañana de este lunes 9 de septiembre con los jóvenes de Papúa Nueva Guinea, en el Estadio Sir John Guise de Puerto Moresby. En el último encuentro oficial en el país, Francisco alentó a los más de 10.000 jóvenes: "Ustedes, que en Papúa tienen más de 800 lenguas, tienen un lenguaje común, es la lengua del amor, la lengua del servicio".

Después del baile de bienvenida, de unos jóvenes vestidos con coloridos trajes tradicionales, John Bosco Auram, obispo de Kimbe y delegado para los jóvenes, saludó al Papa, recordando que el mayor desafío para ellos es "descubrir a Cristo en medio de una realidad" que les lleva a afrontar desafíos profundos "como la vivencia de los valores cristianos en el seno de la familia y de la sociedad, las limitadas oportunidades de crecimiento y desarrollo, las diversas frustraciones derivadas de las expectativas insatisfechas de la sociedad, del gobierno e incluso de la Iglesia".

Más feo que el odio, la indiferencia

"¡Gracias! Gracias por su alegría, por cómo han narrado la belleza de Papúa, donde el océano se encuentra con el cielo, donde nacen los sueños y surgen los desafíos", les dijo el Papa a los jóvenes. Francisco no quería irse de Papúa sin encontrarme con ellos, porque los jóvenes son la esperanza del futuro. Y para hablarles del futuro, el Pontífice les propuso el relato bíblico de la Torre de Babel, en el que se contraponen dos modos opuestos de vivir y de construir la sociedad.

"Uno lleva a la confusión y a la desesperación, mientras el otro, a la armonía del encuentro con Dios y con los hermanos. Confusión de una parte y armonía de otra (...). Piensen un poco. ¿qué hay contra el amor? El odio. El odio. Pero también hay una cosa, quizá más fea que el odio: la indiferencia hacia los demás. ¿Han entendido qué es el odio y qué es la indiferencia? Saben que la indiferencia es algo muy malo, porque dejas a los demás en el camino, no te interesas en ayudar a los demás. La indiferencia tiene las raíces del egoísmo".

El Papa animó a la cercanía con los abuelos. "Hay una relación muy importante en la vida del joven: hay cercanía con los abuelos. ¿Están de acuerdo? ¡Sí! Ahora, todos juntos decimos: "¡Viva los abuelos! ¡Viva los abuelos! Muchas gracias. Gracias'".

Regresando a la historia bíblica de Noé, Francisco les dijo que cada uno de ellos hablaba una lengua diversa. "Les agradezco por su presencia aquí. Y espero que todos hablen el lenguaje más profundo: que todos ustedes sean 'wantok' del amor'". En la vida lo importante no es no caer, sino no permanecer caído. Todos podemos cometer errores pero lo importante es darse cuenta del error. No somos superhombres, podemos estar equivocados, pero tenemos la certeza de que siempre debemos corregirnos".

Puedes ver aquí íntegro el encuentro con los jóvenes de Papúa Nueva Guinea.

"En la vida podemos caer todos, todos. Pero hay una canción muy hermosa; Me gustaría que lo aprendieras. Es una canción que cantan los jóvenes cuando están escalando los Alpes, las montañas. La canción dice así: 'En el arte de escalar lo importante no es no caer, sino no quedarse caído'. Y si ves a un amigo, un compañero, una amiga de tu edad que se ha caído, ¿qué debes hacer? ¿Reírse de eso? Hay que mirarlo y ayudarlo a levantarse. Piensen que sólo en una situación de la vida podemos ver al otro de arriba a abajo: para ayudarlo a levantarse", concluyó el Papa.

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