El Papa Francisco ha proseguido este miércoles con sus catequesis sobre los mandamientos que está impartiendo durante la Audiencia General. En este caso habló del Octavo de ellos: “No dirás falso testimonio ni mentirás”.
El Papa se mostró muy contundente y dejó claro que las “habladurías matan”, porque la lengua “mata como un cuchillo”. En su opinión, quien las pronuncia “es un terrorista” porque lanza una bomba que “destruye la fama de los demás” mientras él “se va tranquilo”.
Francisco afirma que es grave vivir de “comunicaciones” no auténticas, porque impide las relaciones recíprocas y el amor al prójimo. La “comunicación” entre las personas no debe darse solo con palabras, sino también con gestos, con actitudes, y hasta con silencios y ausencias; se comunica con todo lo que uno hace y dice.
No falsear la verdad en las relaciones con los demás
“¿Qué significa decir la verdad? ¿Significa ser sinceros? O bien, ¿ser exactos?”, se preguntó el Papa, que planteó estas preguntas para la reflexión de los fieles, asegurando que en realidad, nada de esto es suficiente porque se puede estar “sinceramente” en error, o se puede ser exactos en los detalles pero no “captar” el sentido del todo.
Según recoge Vatican News, el Papa señaló que cuando hablamos de la comunicación entre las personas entendemos que no son sólo las palabras, sino también los gestos, las actitudes, hasta los silencios y las ausencias. Esto porque una persona “habla” con todo lo que es y hace. Nosotros, dijo, “vivimos comunicando” y estamos continuamente al borde "entre la verdad y la mentira".
Francisco observó, pues, que a veces las personas se justifican diciendo “¡dije lo que escuché!”, o bien “¡he dicho sólo la verdad!” pero en realidad, uno ha "absolutizado" el propio punto de vista o ha revelado hechos personales o reservados:
“Entonces, ¿qué es la verdad?- preguntó en español -. Y explicó: “Esta fue la pregunta que hizo Pilatos a Jesús en el proceso que lo llevaría a morir en la cruz. Jesús había afirmado: ‘Para esto he nacido y he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad’. Con su pasión y su muerte, demuestra que él mismo es la realización plena de la Verdad, pues su vida fue un reflejo de la relación con el Padre. En su manera de vivir y morir, cada acto humano, por pequeño o grande que sea, afirma o niega esta verdad”.
En las pequeñas y grandes situaciones "no mentir"
Para reafirmar este concepto, en su catequesis el Papa señaló la lógica que nos guía sea ante las pequeñas situaciones como en las elecciones más comprometedoras, que es la que "los padres y abuelos nos enseñan cuando nos dicen de no decir mentiras”.
Los cristianos no son hombres y mujeres excepcionales, pero sí son “hijos del Padre celestial”, que “es bueno y no los desilusiona”, y esta verdad, añadió Francisco, “no se dice tanto con los discursos”, sino que “es un modo de existir y se ve en cada acto particular”.
“No dar falso testimonio, ni mentir, implica vivir como hijos de Dios, dejando que en cada acto se refleje que él es nuestro Padre", afirmó el Santo Padre.