Sin aviso previo por parte de la sala de prensa vaticana, el Papa Francisco recibió el alta este miércoles 14 de julio por la mañana, dejó el hospital policlínico Gemelli donde llevaba 10 días y antes de volver al Vaticano pasó a rezar brevemente en la Basílica de Santa María la Mayor, como suele hacer antes y después de un viaje importante.
El Papa dejó el hospital en el pequeño coche azul que utiliza para los traslados fuera del Vaticano después de las once de la mañana (hora de Roma).
El Santo Padre, de 84 años, fue operado de una cirugía intestinal programada el 4 de julio. Después de la cirugía con anestesia general, los médicos informaron que el Papa reaccionó bien a la operación.
Durante los diez días que ha pasado en el hospital ha aprovechado para visitar a otros pacientes, tanto de edad avanzada como niños con cáncer.
Medios italianos informaron que al salir del hospital, el Papa fue recibido en la Basílica de Santa María la Mayor por el camarlengo Michele Prattichizzo, debido a que el arcipreste, al cargo, el cardenal Rylko, se encuentra en convalecencia por un fuerte dolor de espalda.
El director de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó que confirmó que "antes de volver al Vaticano, el Papa fue a la Basílica de Santa María la Mayor, donde rezó ante el icono de la Virgen Salus populi romani para agradecer por el buen resultado de su operación quirúrgica". Además, el Santo Padre rezó a la Virgen "por todos los enfermos, en particular por los que conoció durante su estancia", indicó Bruni.
Antes de entrar a la Casa Santa Marta poco antes del mediodía, el Papa detuvo el coche para saludar a los policías que custodian una de las entradas laterales del Vaticano.
El pasado 11 de julio, el Pontífice dirigió el rezo del Ángelus dominical desde un balcón del décimo piso del hospital, tal como lo hizo en varias ocasiones San Juan Pablo II. Esa fue la primera ocasión en la que apareció públicamente tras su operación. Aprovechó para destacar la importancia del servicio sanitario gratuito para todos y señaló “quiero expresar mi aprecio y mi aliento a los médicos y a todo el personal sanitario y hospitalario”.
Luego, el Papa pidió rezar “por todos los enfermos, especialmente por los que se encuentran en las condiciones más difíciles: que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la escucha, de la cercanía y del cuidado”.
Mensaje del Papa del 11 de julio desde el hospital, con niños allí internados