En un mensaje leído por el cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano, el Papa Francisco quiso participar en la celebración del 150 aniversario de la declaración de Roma como capital de la Italia reunificada.
El obispo de Roma dejaba constancia en su escrito que “la proclamación de Roma Capital fue un evento providencial que, entonces, suscitó polémicas y problemas. Pero cambió Roma, Italia y la misma Iglesia: se iniciaba una nueva historia”.
De este modo, Francisco explicó que "en 150 años Roma ha crecido y cambiado mucho” y que "la Iglesia, en este devenir, ha compartido las alegrías y los dolores de los romanos”.
Tres ejemplos
Y para ello destacó tres ejemplos de “esta rica historia común”, tal y como recoge Aciprensa.
En primer lugar, citó los nueve meses de ocupación nazi entre 1943 y 1944. “Desde el 16 de octubre de 1943 se desencadenó la terrible caza para deportar a los judíos. Fue la Shoah vivida en Roma. Entonces, la Iglesia fue un espacio de asilo para los perseguidos: cayeron antiguas barreras y dolorosas distancias”.
“De aquellos tiempos difíciles traemos, antes que nada, la lección de la imperecedera fraternidad entre la Iglesia Católica y la Comunidad hebrea”, agregó el Papa.
El segundo aspecto que recordó fueron “los años del Concilio Vaticano II, de 1962 a 1965, cuando la ciudad acogió a padres conciliares, observadores ecuménicos y muchos más. Roma brilló como espacio universal, católico, ecuménico. Se convirtió en una ciudad universal de diálogo ecuménico e interreligioso, de paz. Se vio entonces cuanto significa la ciudad para la Iglesia y para el mundo entero”.
Y en tercer lugar destacó “el congreso sobre los ‘males de Roma’ de febrero de 1974, por voluntad del entonces Cardenal Vicario Ugo Poletti”. “Por medio de asambleas participadas por el pueblo, nos pusimos en escucha de las expectativas de los pobres y de las periferias. Allí se habló de universalidad, pero en el sentido de inclusión de las periferias. La ciudad debe ser la casa de todos. Es una responsabilidad hoy también: las periferias actuales están marcadas por mucha miseria, habitadas por grandes soledades y pobreza”.
Así, el Papa Francisco concluyó su mensaje afirmando que “Roma es un gran recurso de la humanidad” y que “Roma puede y debe renovarse en el doble sentido de la apertura al mundo y de la inclusión de todos”. “Roma tendrá un futuro su compartimos la visión de ciudad fraterna, inclusiva, abierta al mundo”, concluyó.