El Papa ofreció este jueves su primer discurso oficial en Singapur, dirigido a las autoridades, la sociedad civil y a los miembros del cuerpo diplomático de la ciudad-estado. En sus palabras, Francisco elogió, especialmente, el crecimiento y el compromiso con la justicia social de Singapur.
Tras la ceremonia de bienvenida en el Palacio Presidencial, la visita de cortesía al Presidente de la República, Tharman Shanmugaratnam, y el encuentro con el Primer Ministro, Lawrence Wong, el Papa protagonizó el primer encuentro de la última etapa de su 45º viaje apostólico internacional a Asia y Oceanía. El Teatro del Centro Cultural de la Universidad Nacional de Singapur estaba abarrotado para la ocasión.
El riesgo de cierto pragmatismo
No faltaron palabras de elogio a la nación, describiendo el "bosque de modernísimos rascacielos que parecen alzarse del mar" como "un claro testimonio del ingenio humano", "del dinamismo de la sociedad" y de la "perspicacia del espíritu empresarial, que aquí han encontrado un terreno fértil para desarrollarse".
El Papa destacó el esfuerzo por "construir una sociedad en la que la justicia social y el bien común se tengan en gran estima" y enfatizó la dedicación "para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos mediante políticas de vivienda pública, con una educación de alta calidad y un sistema sanitario eficiente".
A este respecto, deseó que el compromiso continúe "hasta lograr que todos los habitantes" participen plenamente. No obstante, Francisco advirtió sobre el riesgo que conlleva un cierto tipo de pragmatismo y una cierta exaltación del mérito, "es decir, la consecuencia involuntaria de legitimar la exclusión de aquellos que se encuentran al margen de los beneficios del progreso".
Francisco reconoció las acciones encaminadas hacia la ayuda a los más débiles y pidió que "se preste una particular atención a los pobres, a los ancianos" y a la tutela de la dignidad de los trabajadores migrantes, "que tanto contribuyen a la construcción de la sociedad, y a quienes hay que garantizarles un salario justo".
El Papa habló luego del papel de las sofisticadas tecnologías de la era digital y el rápido desarrollo en el uso de la inteligencia artificial y alertó que estos fenómenos "no pueden hacernos olvidar que es esencial cultivar relaciones humanas reales y concretas; y que estas tecnologías pueden aprovecharse precisamente para acercarnos unos a otros, propiciando la comprensión y la solidaridad, y no para aislarnos de manera peligrosa en una realidad ficticia e intangible".
La mirada de Francisco se fijó en la labor de la Iglesia católica en dichas tierras, desde el inicio de su presencia, con una "aportación peculiar" al progreso, en especial en los sectores de la educación y de la salud, "valiéndose del espíritu de sacrificio y dedicación de los misioneros y de los fieles católicos".
"Siempre animada por el Evangelio de Jesucristo, agregó, la comunidad católica se encuentra también a la vanguardia en las obras de caridad, contribuyendo en modo significativo a los esfuerzos humanitarios y gestionando, con este fin, distintas instituciones sanitarias y numerosas organizaciones humanitarias, entre ellas Cáritas, que todos conocemos".
Puedes ver aquí el encuentro del Papa en Singapur con las autoridades.
Para terminar, el Papa agradeció a la nación su compromiso con el medioambiente, reconociendo a la ciudad-estado como "un ejemplo de cómo incluso las naciones pequeñas pueden tener un impacto significativo en la lucha contra la crisis medioambiental". Pidió a Singapur que continúe su búsqueda de "soluciones innovadoras para hacer frente a los desafíos ambientales" y les recordó que sus esfuerzos "pueden inspirar a otras naciones a hacer lo mismo".