“¡No tengan miedo!”, pidió el Papa Francisco este domingo en el rezo del Ángelus al citar las palabras de Jesús en la Biblia y al reconocer que los misioneros de Cristo hoy enfrentan también diversos tipos de hostilidades, persecuciones, que incluso llegan a amenazas físicas, señala agencia de noticias ACIprensa. El Santo Padre presidió el rezo de esta oración mariana desde la ventana del Palacio Apostólico Vaticano ante cientos de fieles reunidos en la plaza de San Pedro. Sin embargo, debido a las medidas cautelares para evitar el contagio del coronavirus, quienes entran a la plaza Vaticana debe llevar mascarilla y permanecer alejado de cada persona al menos por un metro de distancia.
Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de este domingo (Mt 10,26-33) en el cual Jesús dice a sus discípulos “no tengan miedo” y los exhorta a ser fuertes y tener confianza “ante los desafíos de la vida advirtiéndoles de las adversidades que les esperan”, el Papa Francisco destacó que esta narración “forma parte del discurso misionero, con el cual el Maestro prepara a los apóstoles a la primera experiencia del anuncio del Reino de Dios”.
“El miedo es uno de los sentimientos más feos de nuestra vida cristiana y Jesús exhorta: ‘No tengan miedo, no tengan miedo’”, señaló el Papa Francisco.
En esta línea, el Santo Padre describió tres situaciones concretas, tres “pruebas”, que los apóstoles padecen en el seguimiento a Jesús: la hostilidad, la persecución -incluso la amenaza física- y el sentimiento de que Jesús los ha abandonado.
La hostilidad
Sobre la primera prueba, la hostilidad, el Papa Francisco advirtió que es causada por los que “quieren silenciar la Palabra de Dios, edulcorándola o silenciando a los que la anuncian”.
“En este caso, Jesús anima a los apóstoles a difundir el mensaje de salvación que les ha confiado. Por el momento, Él lo ha transmitido con cautela, casi en secreto. Pero tendrán que llevar ‘a la luz’, es decir, abiertamente, y anunciar ‘desde las azoteas’, así dice Jesús, es decir, públicamente, su Evangelio”, afirmó el Papa.
Amenazas físicas
En segundo lugar, el Santo Padre alertó sobre una dificultad concreta con la que se encuentran “los misioneros de Cristo” que es “la amenaza física en su contra, es decir, la persecución directa contra sus personas, incluso hasta el punto del asesinato”.
“Esta profecía de Jesús se ha cumplido en todo momento: es una realidad dolorosa, pero atestigua la fidelidad de los testigos. ¡Cuántos cristianos son perseguidos aún hoy en día en todo el mundo! Y podemos decir con seguridad que son más de los mártires de los primeros tiempos: tantos mártires solamente por ser cristianos”, lamentó el Papa Francisco.
En esta línea, el Pontífice señaló que “a estos discípulos de ayer y de hoy que sufren persecución, Jesús les recomienda: ‘no teman de quienes matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma’. No hay que dejarse asustar por los que intentan extinguir el poder de la evangelización mediante la arrogancia y la violencia” porque “no pueden hacer nada contra el alma, es decir, contra la comunión con Dios: nadie puede quitársela a los discípulos, porque es un regalo de Dios”.
“El único temor que debe tener el discípulo es el de perder este don divino, renunciando a vivir según el Evangelio y procurándose así la muerte moral, que es el efecto del pecado”, añadió.
Sentimiento de abandono
Finalmente, el tercer tipo de prueba que los apóstoles enfrentarán, y que Jesús indica que “algunos podrán experimentar” es el sentimiento de que “Jesús mismo los ha abandonado, permaneciendo lejano y silencioso” por lo que destacó que Jesús recomendó también en este caso a “no tener miedo, porque, aunque pasemos por estos y otros escollos, la vida de los discípulos está firmemente en manos de Dios, que nos ama y nos cuida”.
Son como las tres tentaciones: ‘edulcorar’ el Evangelio, la persecución y la sensación de que Dios nos ha dejado solos. Sobre la última, el Santo Padre explicó que “también Jesús sufrió esta prueba en el huerto de los olivos y en la Cruz: ‘Padre ¿por qué me has abandonado? dice Jesús’ y en ocasiones se siente esta aridez espiritual, no debemos tener miedo, el Padre nos cuida porque nuestro valor es grande a sus ojos”.
“Lo importante es la franqueza del testimonio, del testimonio de fe: ‘reconocer a Jesús ante los hombres’ e ir hacia adelante haciendo el bien”, exhortó el Papa Francisco quien rezó a la Virgen María Santísima “modelo de confianza y de abandono en Dios en la hora de la adversidad y del peligro” para que “nos ayude a no ceder nunca al desánimo, sino a confiar siempre en Él y en su Gracia, que la Gracia de Dios, es siempre más poderosa del mal”.