El Papa Francisco ha proseguido este miércoles con su catequesis sobre la oración celebrada nuevamente desde la biblioteca del Palacio Apostólico debido a las medidas contra el coronavirus llevadas a cabo por la Santa Sede.
En esta ocasión, el Santo Padre se ha centrado en la “oración perseverante” y ha indicado que Jesús invita a esta oración y a la perseverancia, que queda patente en tres parábolas que ofrecen “lecciones sobre la oración”. Se trata de las del amigo inoportuno, la de la anciana y el juez inicuo y la del fariseo y el publicano.
De este modo, Francisco destacó el continuó diálogo de Jesús con el Padre y que “en silencio y recogimiento fue el fundamento de toda su misión".
Tal y como recoge Zenit, el Pontífice ha subrayado la paciencia con que Dios “escucha nuestra súplica, aun cuando conoce nuestra miseria mejor que nosotros”. Asimismo, explicó que “con su silencio, el Señor busca incitar en nosotros el deseo y la esperanza filial, y nos pide también la perseverancia fundada en la firmeza de la fe”.
Pero la oración –agregó el Papa- “necesita ser valiente, incluso hasta retar a Dios entre lágrimas, sin rendirnos nunca ante el mal y la injusticia”. Además, añadió que “nos revela que la humildad y la verdadera contrición son el modo para acceder al corazón de Dios”.
Por otro lado, Francisco recordó que el Evangelio es muy “claro”, pues en él la “oración es vital para no desfallecer, es una cuestión de fe".
Aunque “nos parezca a veces una fatiga inútil y que Dios enmudece ante nuestros ruegos, hemos de perseverar en la oración”, señaló.
Además, el Santo Padre volvió a remitir a la figura de Jesús para decir que “en esto no es solo un maestro y un ejemplo, sino que nos acoge en su oración”. “Él toma sobre sí cada grito, cada canto de júbilo, cada súplica; en definitiva, cada oración humana”, apuntó.