En la Audiencia General de este miércoles, Francisco ha continuado sus catequesis sobre la evangelización destacando la llamada "a todos" los miembros de la Iglesia a transmitir "gratuitamente" la fe, tanto de religiosos como laicos.
Para ilustrarlo, explicó cómo tanto la llamada de Jesús a los doce apóstoles como el testimonio de Pablo es una llamada directa a la acción y la reflexión de todos los fieles.
"Nos invitan a verificar nuestras actitudes, a verificar nuestras elecciones, nuestras decisiones, sobre la base de estos puntos firmes: todo depende de una llamada gratuita de Dios; Dios nos elige también para servicios que a veces parecen sobrepasar nuestras capacidades o no corresponder a nuestras expectativas", explicó.
Por ello, remarcó la necesidad de "responder gratuitamente" a "la llamada recibida como don gratuito".
Una llamada que se refiere no solo a quienes han recibido el sacramento del Orden o a las personas consagradas, sino también "a cada fiel laico, hombre o mujer" de la Iglesia.
"El tesoro que has recibido con tu vocación cristiana estas obligado a darlo: es la dinámica de la vocación, de la vida. Es una llamada que capacita para desempeñar de forma activa y creativa la propia tarea apostólica", explicó. En este sentido, la tarea de "enseñar, santificar y regir en su mismo nombre" es también una tarea de los laicos.
"Trepar no es cristiano, es paganismo puro"
Francisco llamó la atención de que en la Iglesia, la diversidad de carismas y ministerios debe ir de la mano con la "unidad de la misión" y no dar lugar " a categorías privilegiadas".
"Aquí no hay una promoción. Cuando concibes la vida cristiana como una promoción, que el que está encima manda a los otros porque ha logrado trepar, esto no es cristiano, es paganismo puro. La vocación cristiana no es una promoción para ir hacia arriba. ¡No! Es otra cosa", sentenció.
Frente a la concepción del "trepar" por encima de otros, destacó que "todos son iguales y cuando una de las partes se cree más importante que los otros, se equivoca. Eso no es la vocación de Jesús. La vocación que Jesús da, a todos, es el servicio, servir a los otros. Si te encuentras una persona que en la Iglesia tiene una vocación más alta y la ves vanidosa, dirás: `Pobrecillo´. Reza por él porque no ha entendido que es la vocación de Dios".
Esta, concluyó, "es adoración al padre, amor a la comunidad y servicio. Escuchar, humillarse, estar al servicio de los otros: esto es servir, esto es ser cristiano, esto es ser apóstol. Huyamos de la vanidad, de la vanidad de los puestos", remarcó.
Tras la Audiencia, Francisco se dirigió a los políticos argentinos que le saludaron de manera conjunta con motivo de los diez años de pontificado: "Gracias por este gesto. Se me ocurre decirles -así como se han unido para firmar esta carta- qué lindo que se unan para hablar, para discutir y llevar la patria adelante. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias".