El Papa Francisco, en el rezo del Regina Coeli de este sexto domingo de Pascua, ha comentado las lecturas que describían el papel del Espíritu Santo en la vida del cristiano: "La tarea del Espíritu Santo es hacer recordar a las personas, es decir, hacerlas comprender plenamente e inducirlas a poner en práctica concretamente las enseñanzas de Jesús”, ha dicho el Pontífice.
Ante los fieles, romanos y peregrinos, congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa puntualizó que “precisamenta ésta es también la ‘misión de la Iglesia’, llevada a cabo a través de un estilo de vida concreto, caracterizado por ciertas exigencias: la fe en el Señor y la observancia de su Palabra; la docilidad a la acción del Espíritu, que hace vivo y presente continuamente al Señor resucitado; la acogida de su paz y el testimonio de ella con actitud de apertura y de encuentro con los demás”.
Liberarnos de ataduras y estrategias mundanas
El Papa habló a continuación de las condiciones necesarias para realizar esta tarea: “la Iglesia no puede permanecer estática” - asegura - sino que “está llamada a actuar como una comunidad en camino, animada y sostenida por la luz y la fuerza del Espíritu Santo que hace nuevas todas las cosas.
“Se trata de liberarnos de las ataduras mundanas que representan nuestros puntos de vista, nuestras estrategias, nuestros objetivos, que a menudo pesan sobre el camino de la fe, y de ponernos a la escucha dócil de la Palabra del Señor”.
De esta manera, prosigue el Santo Padre, “es el Espíritu de Dios quien nos guía y guía a la Iglesia, para que resplandezca el auténtico rostro de la Iglesia, bello y luminoso, querido por Cristo”.
En la conclusión, la invitación del Obispo de Roma a abrir nuestros corazones al Espíritu Santo para que nos “guíe en los caminos de la historia”. Y la invocación a la Virgen María, “humilde y valiente” colaboradora del Espíritu Santo en la Encarnación del Hijo de Dios, “para que nos ayude también a dejarnos instruir y guiar por el Paráclito, y poder así “acoger la Palabra de Dios y dar testimonio de ella con nuestra vida”.
Saludos y bendiciones
Al finalizar la oración mariana, Francisco saludó como de costumbre, a los peregrinos romanos y de otras partes del mundo que llegaron, nos obstante la lluvia primaveral, a la plaza de San Pedro, para rezar junto a él a la Madre de Dios. El Papa saludó a los confirmandos de Génova, con los que se encontró ayer delante de la Casa Santa Marta y bendijo también a los peregrinos polacos que participan en la gran peregrinación al Santuario Mariano de Piekari Slaskie. Recordando que hoy se celebra la "Jornada del Alivio" en Italia, el Papa dirigió un pensamiento especial a todos los reunidos en el Policlínico Gemelli para promover "iniciativas de fraternidad con los enfermos".