El vídeo que cada mes consagra el Papa a explicar sus intenciones de oración está dedicado en el mes de noviembre a las personas que sufren depresión.
"La sobrecarga de trabajo, el estrés laboral hacen que muchas personas experimenten un agotamiento extremo, un agotamiento mental, emocional, afectivo y físico. La tristeza, la apatía, el cansancio espiritual terminan por dominar la vida de las personas que se ven desbordadas por el ritmo de la vida actual", dice Francisco.
Hay que acompañarlas, pero no pretender darles una receta, porque "no hay receta". Eso sí, "procuremos estar cerca de los que están agotados, de los que están desesperados, sin esperanza, muchas veces escuchando simplemente en silencio". Y también les ayudan, añade, las palabras de Jesús: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré" (Mt 11, 28).
A escala mundial, se calcula que casi 300 millones de personas sufren depresión, lo que equivale a un 4,4% de la población del planeta. El Papa recoge este drama global, creciente además debido a hechos como la pandemia, los confinamientos y la inseguridad sobre el futuro, y pide así comprensión, apoyo y oración para quienes sufren un trastorno que se ha calificado como "una muerte en vida".
El colaborador y bloguero de ReL Paco Segarra ha participado con su imagen en esta producción del Papa (minuto 1:17). Se da la circunstancia de que él mismo es un depresivo diagnosticado como crónico, y a través de sus artículos, y de libros como Había una vez un monje trata de compartir su experiencia y sus consejos para superar esta enfermedad.
Acto de presentación de "Había una vez un monje" en Barcelona, con la participación del co-autor, Francisco Segarra, y el editor, Álex Rosal.
Su libro, escrito al alimón con el cisterciense Agustín Altisent (1923-2004), quien también vivió durante sesenta años esta durísima realidad, recoge las conversaciones entre ambos durante muchos años de amistad. Las palabras del monje transmiten una paz y una serenidad extraídas de su cotidiana comunión con Dios. Entendía ese padecimiento como un instrumento en Sus manos: "Soy como un leño que se quema para dar calor a otros", decía.
"Recemos para que las personas, que sufren de depresión o agotamiento extremo, reciban apoyo de todos y reciban una luz que les abra a la vida”, concluye Francisco. El libro de Segarra y Altisent pretende formar parte de esa luz.