El Papa Francisco ha recibido este sábado en audiencia a los participantes del III Congreso Internacional “Iglesia y Música”, y en su discurso ha destacado la importancia de la interpretación musical en la liturgia y en el desarrollo de la comunidad cristiana.
Según explicó Francisco, el intérprete musical “está llamado a desarrollar su sensibilidad propia, su genio siempre al servicio del arte, que restaura el espíritu humano, y al servicio de la comunidad, especialmente si cumple un ministerio litúrgico”.
Tal y como recoge Aciprensa, en su discurso, el Pontífice explicó que “con frecuencia pensamos en el intérprete como un traductor o, también, como aquel que tiene la misión de transmitir algo que recibe de modo que otro lo pueda comprender”. Sin embargo, “el intérprete, especialmente en el campo musical, es aquel que traduce con un espíritu propio lo que el compositor ha escrito para que resuene bello y perfecto artísticamente”.
"Cada cristiano es un intérprete de la voluntad de Dios"
Francisco subrayó que “el intérprete musical tiene mucho en común con el estudioso de la Biblia, con el lector de la Palabra de Dios, en un sentido más amplio, con aquellos que tratan de interpretar los signos de los tiempos, y, aún más en general, con todos –deberíamos ser todos– los que acogen y escuchan al otro para establecer un diálogo sincero”.
“De hecho, cada cristiano es un intérprete de la voluntad de Dios en su propia existencia y, con ella, canta con alegría a Dios un himno de alabanza y de agradecimiento. Con ese canto la Iglesia interpreta el Evangelio a lo largo de los surcos de la historia”.
El Papa Francisco finalizó su discurso afirmando que “el artista, el intérprete y, en el caso de la música, el oyente, nutren un mismo deseo: el de comprender aquello que la belleza, la música, el arte nos prometen conocer sobre la realidad de Dios. Y quizás nunca como en nuestro tiempo los hombres y mujeres tienen tanta necesidad. Interpretar esta realidad es esencial para el mundo de hoy”.