El Papa Francisco participó este 25 de octubre en el XXXVI Encuentro Internacional por La Paz organizado por la Comunidad de San Egidio. Nacido para celebrar el espíritu del histórico acontecimiento interreligioso de Asís en 1986, el evento reunió a miles de personas en todo el mundo a través de Internet.
Francisco rezó en el interior del Coliseo en presencia de representantes de las iglesias y comunidades cristianas, mientras que los miembros de otras religiones se reunieron en oración en diferentes lugares de la ciudad. Después, todos juntos, participaron en la ceremonia final y, tras los discursos de clausura, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la guerra.
Lo que se temía
"Este año nuestra oración se ha convertido en grito, porque hoy la paz está gravemente violada, herida, pisoteada: y esto en Europa, es decir, en el continente que en el siglo pasado vivió las tragedias de las dos guerras mundiales", señaló Francisco.
El Papa denunció las numerosas guerras que hay hoy en el mundo. "En el silencio de la oración, esta tarde, escuchamos el grito de paz: paz sofocada en tantas regiones del mundo, humillada por demasiada violencia, negada incluso a los niños y ancianos, que no se libran de la terrible dureza de la guerra", agregó.
Francisco también tuvo unas palabras para alertar del uso de las armas atómicas. "Hoy, en efecto, está ocurriendo lo que se temía y lo que nunca quisimos escuchar: es decir, que el uso de armas atómicas, que culpablemente se siguió produciendo y probando después de Hiroshima y Nagasaki, ahora es abiertamente una amenaza", comentó.
Sensibles a la paz
Entre los líderes católicos presentes se encontraba también el cardenal Louis Raphaël I Sako, patriarca de los caldeos. "Hoy existe este grito de paz, de la esperanza de toda la humanidad por la paz. Hoy no podemos soportar las guerras que son una cosa absurda", comentó el prelado.
Aquí puedes ver el evento por la paz celebrado en el Coliseo de Roma.
"En la liturgia caldea, el diácono siempre invita a rezar por la paz. Al menos una docena de veces dice: 'recemos para que la paz esté con nosotros', porque esta Iglesia siempre ha sido perseguida. Hemos vivido guerras, conflictos, familias desplazadas y refugiados, y somos muy sensibles a la paz y tenemos una reacción muy fuerte contra todo lo que sea guerra y armas", concluyó Sako.