El Papa Francisco ha comenzado este jueves su trigesimonoveno viaje apostólico que tendrá como destino el Reino de Bahréin. Es el primer pontífice en visitar esta nación del Golfo Pérsico; un destino que, como muchos de sus otros viajes, se enmarca en las llamadas "periferias" con un reducido porcentaje de católicos.
El vuelo, que despegó de Roma a las 9:46 (hora local), se prevé que tenga una duración de cinco horas hasta la base aérea de Sakhir, en la ciudad de Awali, donde el pontífice será recibido oficialmente por las autoridades. Permanecerá en Bahréin hasta el próximo domingo. La visita a la catedral de Nuestra Señora de Arabia -la más grande del Golfo Pérsico-, el encuentro con jóvenes, la participación en el "Foro de Bahréin para el diálogo" o el encuentro con representantes musulmanes será su principal hoja de ruta.
Nada más subir al avión, en silla de ruedas y mediante un ascensor, Francisco afirmó estar "un poco dolorido de la rodilla". Respecto a los tres días de viaje apostólico, mencionó que "será un viaje bajo la bandera del diálogo", en referencia al Foro de Bahréin, con el objetivo de "que Oriente y Occidente se acerquen más por el bien de la convivencia humana".
Como otros de sus destinos a lo largo de su pontificado -ha realizado 12 viajes al continente asiático-, este cuenta con una reseñable minoría de católicos -no llega al 5%-, un 72,2% de musulmanes chiíes y en torno a un 20% de suníes, así como otras minorías cristianas e hindúes.
El Vicariato de Arabia del Norte, en torno a 1,5 millones de católicos
De los 1,7 millones de habitantes de Bahréin, tan solo 80.000 son católicos y están organizados en el Vicariato Apostólico de Arabia del Norte -conformado por Bahréin, Kuwait, Arabia Saudí y Qatar-: cuenta con 10 parroquias, 58 sacerdotes, 40 hermanos consagrados y 18 religiosas consagradas.
El Vicariato de Arabia del Norte recuerda que la Iglesia en esta zona es una iglesia exclusivamente peregrina y migrante. Desde principios de los años noventa, la Iglesia católica ha crecido en la región a gran velocidad. Los expatriados constituyen casi todos los fieles en el Vicariato. Aunque no existen cifras oficiales, se estima que solo en Arabia Saudí hay más de 1 millón de católicos. Kuwait tiene alrededor de 350.000; Bahréin alrededor de 80.000 y Qatar entre 200.000 a 300,000 católicos.
Los fieles son todos trabajadores migrantes de cien naciones, la mayoría de Filipinas y la India. Alrededor del ochenta por ciento de los fieles pertenecen al rito latino, mientras que el resto pertenece al rito oriental. No sería falso decir que Arabia se ha convertido ahora en el rostro de una comunidad cristiana viva, en un “puente” entre diversas áreas del mundo y, por lo tanto, entre diversas culturas.
Ambos vicariatos, tanto el del Norte como el del Sur, que incluye Omán, Yemen y Emiratos Árabes Unidos, han sido puestos bajo la protección de Nuestra Señora de Arabia. El 16 de enero de 2011, en Kuwait, el cardenal Antonio Cañizares, entonces prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, proclamó a Nuestra Señora de Arabia Patrona de los Vicariatos y de toda la Península Arábiga.
La primera presencia católica en el país se remonta al siglo III de la era cristiana. Antes del actual Vicariato del Norte creado el 31 de mayo de 2011, existía la Prefectura Apostólica de Bahréin erigida en 1953.