Durante la mañana de este domingo 21 de julio, el Papa Francisco cuestionó la actual "dictadura del hacer" que lleva a muchos padres y madres a "salir por la mañana cuando los niños todavía están durmiendo y vuelven por la noche, cuando están en la cama".
Lo hizo durante su comentario previo al rezo del Ángelus, al abordar la el Evangelio en que Jesús le dice a los apóstoles: "`Venid conmigo a un lugar solitario, para que descanséis un poco´, porque eran tantos los que iban y venían que no les dejaban tiempo ni para comer".
Acto seguido, cuando Jesús desembarcó, se compadeció ante una numerosa multitud que lo esperaba, "porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas".
"Parecen irreconciliables, pero van juntas"
Es por ello que Francisco reflexionó sobre dos cosas que "parecen irreconciliables, pero que en cambio van juntas, descanso y compasión".
El Papa observó que Jesús "se preocupa por el cansancio de los discípulos" y "quizá está intuyendo un peligro" que también puede "incurrir en nuestra vida y el apostolado, cuando por ejemplo el entusiasmo en el llevar adelante la misión o el trabajo, así como el papel y las tareas que nos son confiadas nos hacen víctimas del activismo".
Francisco cuestionó así la actitud de estar "demasiado preocupados por las cosas que hacer y los resultados", ante lo que "nos agitamos y perdemos de vista lo esencial, arriesgándonos a acabar con nuestras energías y acabar en el cansancio del cuerpo y del espíritu".
Una reflexión que el Papa consideró "importante para nuestra sociedad, a menudo prisionera de la prisa, también para la Iglesia y para el servicio pastoral".
Padres sin ver a sus hijos: "Una injusticia social"
"Estemos atentos a la dictadura del hacer", mencionó Francisco, en una advertencia ante algo que "también puede pasar por necesidad, en las familias, cuando por ejemplo el padre para ganarse el pan tiene que irse al trabajo y sacrificar el tiempo para dedicar a la familia".
"Muchas veces salen por la mañana pronto, cuando los niños están todavía durmiendo, y vuelven tarde por la noche, cuando están ya en la cama. Esto es una injusticia social. En las familias, el padre y la madre tienen que encontrar el tiempo para convivir con sus hijos, para hacerlos crecer en este amor familiar y no caer en la dictadura del hacer", mencionó.
El descanso no es una fuga del mundo
También se refirió al descanso. El propuesto por Jesús, dijo, "no es una fuga del mundo, un retirarse en el bienestar personal". Al contrario: "Frente a la gente confundida, Él siente compasión. Del Evangelio aprendemos que estas dos realidades, descanso y compasión, están ligadas. Solo si aprendemos a descansar podemos tener compasión".
De hecho, agregó, "es posible tener una mirada de compasión que sabe recoger las necesidades del prójimo solamente si nuestro corazón no está consumado por el ansia del hacer. Si sabemos detenernos y en el silencio de la adoración recibimos la gracia de Dios".
Antes del rezo del Ángelus, Francisco concluyó su comentario con una invocación mariana para que "nos ayude a descansar en el espíritu en medio de las actividades cotidianas, y a estar disponibles y [ser] compasivos para con los otros".
Nuevo llamado a la tregua en los Juegos de París
Tras la oración mariana, recordó el inminente comienzo de los Juegos Olímpicos de París el próximo 26 de julio, recordando la "gran fuerza social" del deporte, "capaz de unir pacíficamente a personas y culturas diferentes".
"Espero que este evento pueda ser un signo de un mundo inclusivo que queremos construir y que los atletas, con su testimonio deportivo, sean mensajeros de paz y modelos para los jóvenes".
Asimismo, concluyó deseando que "según la antigua tradición, las olimpiadas sean una oportunidad para establecer una tregua en las guerras actuales y que traigan la paz".