El Papa Francisco ha predicado este domingo a favor del servicio generoso, que busca a Jesús en el rostro del necesitado o débil y así se protege de los males del orgullo y la vanagloria.
La alocución del Ángelus de este domingo domingo 22 de septiembre reflexionó sobre el Evangelio de la liturgia (Mc 9,30-37), cuando Jesús anuncia que "el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará".
Desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa dijo a los peregrinos que poco antes los discípulos discutían entre ellos sobre quién del grupo sería "el más grande" o el de mayor rango. "Mientras Jesús les confiaba a ellos el sentido de su vida, ¡estos hablaban de poder", apuntó el Pontífice. Cuando Jesús les pregunta, "la vergüenza les cierra la boca, como antes el orgullo había cerrado su corazón".
Entonces Jesús da un criterio que debe guiar a sus discípulos: "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Y el Papa lo desarrolló: "¿Quieres ser grande? Hazte pequeño, ponte al servicio de todos".
"Jesús nos enseña que el verdadero poder no está en el dominio de los más fuertes, sino en el cuidado de los más débiles. El verdadero poder es cuidar de los más débiles, eso te hace grande", insistió.
Después Jesús colocó a un niño entre los discípulos y lo abrazó: "El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí". "El niño no tiene poder: tiene necesidad", explicó el Pontífice. “Cuando cuidamos al hombre, reconocemos que el hombre siempre necesita vida”.
Pero todos nosotros, por fuertes que estemos hoy, hemos sido muy frágiles y pequeños. "Estamos vivos porque hemos sido acogidos, pero el poder nos hace olvidar esta verdad. Entonces nos convertimos en dominadores, no servidores, y los primeros que sufren son precisamente los últimos: los pequeños, los débiles, los pobres", lamentó.
La Inmaculada vencerá, dice este cartel en la plaza San Pedro para el Ángelus con el Papa:
“¡Cuántas personas sufren y mueren por las luchas de poder! Son vidas que el mundo rechaza, como rechazó a Jesús”
“Cuando Jesús fue entregado en manos de los hombres, Él no encontró un abrazo, sino una cruz” observa el Papa. Y sin embargo, “el Evangelio sigue siendo palabra viva y llena de esperanza: Aquel que fue rechazado resucitó, ¡es el Señor!”
El Pontífice finalizó su mensaje con 3 preguntas:
- ¿Sé reconocer el rostro de Jesús en los más pequeños?
- ¿Cuido del prójimo, sirviendo con generosidad?
- ¿Doy gracias a los que cuidan de mí?
Cuando invitó a rezar el Ángelus con la Virgen María, animó a estar, como ella, "libres de la vanagloria y preparados para servir".
Orar por la paz y por la población presa
Tras el rezo del Ángelus, Francisco invitó a orar siempre por Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar y los numerosos países "torturados" que están en guerra.
"Sigamos orando por la paz. Lamentablemente en los frentes de guerra la tensión es muy alta, escuchen la voz del pueblo pidiendo la paz. No olvidemos a los atormentados Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, muchos países que están en guerra. Oramos por la paz", exhortó.
Ha sido un fin de semana especialmente violento en Tierra Santa. Israel bombardeó un barrio de Beirut, la capital de Líbano, país con el que no hay ninguna guerra declara, asegurando que buscaba a líderes de la milicia chií Hezbolá, y causando víctimas civiles. Por su parte, Hezbolá ha respondido lanzando casi 300 cohetes desde Líbano a territorio israelí, causando algunos incendios. Estos avisos de cohetes llevaron a casi medio millón de personas en la zona norte de Israel a refugiarse en búnqueres.
Tampoco en Ucrania se detienen los combates y los bombardeos sobre edificios de civiles y casas de pisos.
El Papa también ha pedido por los presos, para que "estén en condiciones de dignidad, todos pueden cometer errores: estar detenido significa retomar después una vida honesta".
En español, el Papa saludó a los ecuatorianos residentes en Roma que celebran la Virgen del Cisne, al coro Toledo “Teresa Enríquez de Torrijos” y a los fieles mexicanos. En italiano, a una peregrinación que celebraba el Día del Enfermo de Ataxia.