El Papa presidió este lunes la misa en la Casa Santa Marta donde habló de los medios de comunicación y de la utilización que pueden hacer de ellos “gobiernos sin escrúpulos” para acabar con cualquier oponente, lo que acaba ayudando a avanzar “las dictaduras”.
En su homilía, Francisco afirmó que una vez neutralizados los medios de comunicación libres “se comienza a juzgar a las instituciones que han sido debilitadas, se destruye a las personas, se las condena, y así avanza la dictadura. Las dictaduras, todas, han comenzado así, adulterando la comunicación, poniendo la información en manos de una persona sin escrúpulos, de un gobierno sin escrúpulos”.
"Destruir la comunicación libre"
Tal y como informa Aciprensa, el Pontífice agregó que en muchos países se emplea el método de “destruir la comunicación libre” mediante la derogación de “la ley de medios de comunicación para entregar todo el aparato de la comunicación a una empresa, a una institución que calumnia, que dice falsedades, que debilita la vida democrática”.
En este sentido, el Pontífice indicó que esta actitud también existe en el ámbito de las relaciones personales cuando se calumnia o se difunden escándalos de otras personas. “Comunicar escándalos es algo que tiene una seducción enorme. Se seduce con escándalos, las buenas noticias no seducen”, lamentó.
Por tanto, agregó Francisco, “la comunicación de ese escándalo se extiende y esa persona, esa institución, ese país termina en ruinas. No se juzga a la persona, se juzga a las ruinas de la persona y de las instituciones para que no puedan defenderse”.
Para explicar la maldad existente en la calumnia y cómo los poderes se sirven de ella para lograr sus objetivos, el Santo Padre explicó la Primera Lectura del día, un fragmento del Libro Primero de los Reyes en el que se narra cómo la mujer de Ajab, rey de Israel, se valió de la calumnia para matar a Nabot y robarle su terreno, que ambicionaba el rey.
“El rey Acab deseaba la viña de Nabot y le ofrece dinero. Pero aquel terreno formaba parte de la herencia de sus padres, por lo que Nabot rechaza la oferta. Entonces Acab, que era un caprichoso, hace como los niños cuando no consiguen lo que quieren: llora. Después, siguiendo el consejo de su mujer, la cruel Jezabel, lo hace acusar falsamente, lo mata y toma posesión de su viña”, resumió Francisco.
“Nabot, por lo tanto, es un mártir de la fidelidad a la herencia que recibió de sus padres, una herencia que iba más allá de la viña, una herencia del corazón”, explicó.
El precedente de los judíos aniquilados por Hitler
En este sentido, explicó que el martirio de Nabot es un antecedente del sacrificio de Jesús en la Cruz, o del martirio de San Esteban y de todos los mártires condenados con falsas acusaciones y calumnias. La calumnia de Acab hacia Nabot es, según el parecer del Papa, paradigmática del modo de proceder de mucha gente, “de muchos Jefes de Estado y de gobierno. Se comienza con una mentira y, tras haber destruida ya sea a una persona, o a una institución, se le juzga y condena”.
“Hay muchas personas, muchos países destruidos por dictaduras malvadas y calumniadoras. Pensemos, por ejemplo, en las dictaduras del pasado siglo. Pensemos en las persecuciones contra los hebreos, por ejemplo. Una comunicación calumniosa contra los hebreos que los llevó a Auschwitz porque no merecían vivir. Es un horror, pero un horror que continúa sucediendo hoy: en las pequeñas sociedades, en las personas de muchos países. El primer paso es apropiarse de la comunicación y, luego, la destrucción, el juicio y la muerte”, concluyó.