En Asís, la ciudad del santo fundador de los franciscanos, se celebran los eventos de las jornadas Economía de Francesco, en las que participan numerosos empresarios y economistas jóvenes, aproximadamente unos mil de 120 países. Se trata de unas jornadas de diálogo sobre economía y cambios en el mundo, que por fin puede celebrarse de forma presencial: en las dos primeras ediciones coincidió con las restricciones por la pandemia y se celebró sólo de forma digital.
Allí acudió este sábado el Papa Francisco, para pedir a los jóvenes economistas una sociedad con "sostenibilidad espiritual", que no se debilite con el "negocio de las soledades".
Los organizadores y anfitriones son la diócesis de Asís, el Instituto Seráfico de Asís ( que trabaja con discapacitados) y la corriente Economía de Comunión, que impulsa el Movimiento de los Focolares.
Durante varios días, los jóvenes reunidos en Asís han reflexionado sobre la economía mundial a la luz de las encíclicas del Papa Francisco: Laudato si' y Fratelli tutti, que sacan a la luz diversas cuestiones, como la agricultura y la justicia, la energía y la pobreza.
Que los jóvenes economistas no se hagan cínicos
El director científico del encuentro Economía de Francisco es Luigino Bruni, un economista, profesor de economía e historia de la economía, y popular autor de reflexiones sobre textos bíblicos en el Movimiento de los Focolares. Él señala que el gran objetivo de este encuentro es instar a los jóvenes a que "no se vuelvan cínicos" al crecer en el mundo laboral, sino que "sean capaces de mantener esta fe en la fraternidad, en la justicia, para continuar por este camino en sus países".
Encuentro del Papa con jóvenes economistas en Economía de Francesco en Asís 2022.
El obispo de Asís, Domenico Sorrentino, señala que "el Papa ha querido jugar la carta de los jóvenes que tienen el talento, el entusiasmo, el futuro" y espera que de la reunión, "como de un big bang, surja una gran esperanza para el mundo".
El Papa Francisco ha acudido a la ciudad de Asís para estas Jornadas. Allí, ha participado en un encuentro de tres horas con los jóvenes en el teatro Lyrick. Un momento artístico-teatral y el testimonio de ocho jóvenes han precedido el discurso del Papa. Jóvenes con trajes típicos de distintos países, representando sus naciones, le han saludado al final del encuentro. La Jornada finalizó con la lectura y firma de un "Pacto" de los jóvenes para mejorar ética y humanamente la economía mundial.
Aquí, el vídeo del encuentro completo con el Papa con traducción en español.
El discurso del Papa Francisco a los jóvenes emprendedores
En su discurso el Papa ha pedido a los jóvenes empresarios y economistas "nuevos paradigmas económicos que pongan en el centro a los pobres, el medio ambiente y el trabajo".
"He esperado más de tres años este momento, desde cuando el primero de mayo de 2019, les escribí la carta con la que los he llamado y que después los ha traído aquí a Asís. Para muchos de ustedes – acabamos de oírlo – el encuentro con la Economía de Francisco ha despertado algo que ya tenían dentro", ha constatado el Pontífice al inicio de su discurso.
“Nuestra generación les dejó a ustedes en herencia muchas riquezas, pero no hemos sabido cuidar el planeta y no estamos cuidando la paz”, lamentó el Papa.
Pero el Papa cree que cuando miles de jóvenes responden a una misma llamada "se hacen posibles grandes cosas, incluso esperar cambiar un sistema enorme y complejo como la economía mundial”.
Puso el ejemplo profético de Francisco de Asís y de jóvenes de la Biblia como Samuel, Jeremías y Ezequiel. Según la Biblia, dijo el Papa, los jóvenes a menudo tienen "espíritu de ciencia e inteligencia” (dones del Espíritu Santo).
El Papa animó a "cuestionar el modelo de desarrollo”. "Si hablamos de transición ecológica, pero nos quedamos en el paradigma económico del siglo XX, que depredó los recursos naturales y la tierra, las maniobras que adoptaremos serán siempre insuficientes", advirtió.
"Es éste el tiempo de un nuevo coraje para abandonar las fuentes de energía fósiles, para acelerar el desarrollo de fuentes de impacto cero o positivo", añadió. “Es necesario un cambio rápido y decisivo. ¡Cuento con ustedes! ¡No nos dejen tranquilos, y dennos el ejemplo!”
Sostenibilidad espiritual y el negocio de las soledades
Al hablar de "sostenibilidad" pidió que tuviera una dimensión medioambiental, social, relacional y espiritual. "Nos estamos dando cuenta de que el grito de los pobres y el grito de la tierra son el mismo grito”, añadió.
Advirtió, además, de que “especialmente en Occidente, las comunidades se vuelven cada vez más frágiles y fragmentadas”. “¡Las soledades son un gran negocio en nuestra época!, pero así genera una carestía de felicidad”, denuncia el Papa, para hacer hincapié en la “insostenibilidad espiritual de nuestro capitalismo”.
El primer capital de toda sociedad es el espiritual, señala el Papa, “ porque es el que nos da las razones para levantarnos cada día e ir al trabajo, y genera la alegría de vivir que también es necesaria para la economía”.
Pero, advirtió, "nuestro mundo está consumiendo rápidamente esta forma esencial de capital acumulada durante siglos por las religiones, las tradiciones sapienciales y la piedad popular. Y así, sobre todo los jóvenes sufren por esta falta de sentido: a menudo frente al dolor y a las incertidumbres de la vida, se encuentran con un alma empobrecida de recursos espirituales para elaborar sufrimientos, frustraciones, decepciones y lutos. La fragilidad de muchos jóvenes proviene de la falta de este precioso capital espiritual: un capital invisible pero más real que los capitales financieros o tecnológicos".
Una economía que ponga a los pobres en el centro
En la ciudad del santo de Asís, que dedicó su vida a los pobres, el Papa se detiene en la pobreza. ”Hacer economía inspirándose en él significa comprometerse a poner a los pobres en el centro” y mirar la economía a través de ellos”. “Una economía de Francisco, afirma el Papa, no puede limitarse a trabajar para o con los pobres”. Es necesario “abrir nuevos caminos para que los mismos pobres se conviertan en los protagonistas del cambio”. “San Francisco, nota el Papa, no sólo amaba a los pobres, sino también amaba la pobreza”.
"Nuestro capitalismo, en cambio, quiere ayudar a los pobres, pero no los estima, no entiende la paradójica bienaventuranza: 'bienaventurados los pobres'. Nosotros no debemos amar la miseria, es más, hay que combatirla, ante todo creando trabajo, trabajo digno. Pero el Evangelio nos dice que sin estimar a los pobres no se combate ninguna miseria".
Tres consejos concretos
El Papa quiso dar a los jóvenes economistas y empresarios 3 indicaciones concretas:
- “mirar el mundo a través de los ojos de los más pobres”,
- “no olvidarse de los trabajadores y de crear trabajo”,
- “la encarnación, un compromiso concreto y cotidiano”.
Pero, advirtió, "para tener los ojos de los pobres y de las víctimas hay que conocerlos, hay que ser sus amigos. Y, créanme, si se hacen amigos de los pobres, si comparten su vida, también compartirán algo del Reino de Dios, porque Jesús dijo que de ellos es el Reino de los cielos, y por esto son bienaventurados. Y lo repito: que sus elecciones cotidianas no produzcan descartes".
Por último, el Papa invocó así una bendición de Dios para los jóvenes economistas y empresarios:
"Señor, bendícelos en sus empresas, en sus estudios, en sus sueños;
acompáñalos en sus dificultades y en sus sufrimientos,
ayúdalos a transformarlos en virtud y sabiduría.
Sostén sus deseos de bien y de vida,
sostenlos en sus decepciones frente a los malos ejemplos,
haz que no se desanimen y continúen en el camino.
Tú, cuyo Hijo unigénito se hizo carpintero,
dónales la alegría de transformar el mundo con el amor, con el ingenio y con las manos. Amén".