¡RENUEVA EN MÍ TU ESPÍRITU!
“Jesús, sé que soy tuya
y que tú eres mío para siempre.
Te doy gracias por haberme dado tu Espíritu,
después de mi bautismo y mi confirmación,
para que pudiera vivir una nueva vida
en unión contigo.
Renueva en mí tu Espíritu.
Lléname en abundancia de Tu Espíritu.
Cólmame de una nueva plenitud de tu Espíritu,
de manera que encuentre
nuevas luces en las Escrituras,
un gusto nuevo
y perseverancia en la oración.
Que yo pueda encontrarte
cuando recibo los Sacramentos;
Que ame como Tú amas;
Que perdone como Tú perdonas;
Que yo interceda como Tú intercedes;
Que yo sea testigo
como tú fuiste testigo de la Verdad;
Que utilice los dones con los cuales me colmas
para el bien de tu pueblo;
Que guste la paz y la alegría
que Tú nos has prometido.
Lléname de tu Espíritu; Oh, Señor!
pues deseo ser transformada
y recibir todo aquello que Tú quieres darme.
AMÉN
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
“Oh, Madre Bienamada,
vos que conocéis tan bien las vías de la Santidad y del Amor,
enséñanos a elevar a menudo nuestro espíritu y nuestro corazón
hacia la Trinidad;
a fijar en Ella nuestra respetuosa y afectuosa atención.
Y puesto que tu caminas con nosotros
por los caminos de la vida eterna,
no permanezcáis extraña a los débiles peregrinos
que vuestra caridad quiere tanto reunir;
volved hacia nosotros vuestras miradas misericordiosas;
atraednos hacia vuestras claridades;
inundadnos de vuestras dulzuras;
conducidnos en la Luz y en el Amor;
llevadnos siempre más lejos y más alto en los resplandores del cielo.
Que nada pueda turbar nuestra paz
ni hacernos salir del pensamiento de Dios;
sino que cada minuto nos lleve más adelante
en las profundidades del Augusto Misterio,
hasta el día en que nuestra alma,
completamente abierta a las iluminaciones de la unión divina,
verá todas las cosas en el eterno Amor y en la Unidad. Amén
ORACION POR LOS SACERDOTES
“Tomad vuestros sacerdotes, oh mi Dios, plenamente, enteramente, para realizar, para ayudar a realizar plenamente todo lo que queréis de ellos.
Conducidlos en todo y por todo.
Oh mi Dios, sed su fuerza. Oh mi Dios, que todas sus acciones, las más importantes, las más pequeñas, les vengan de vos, dependan de vos y se dirijan a vos.
Que sean todas para vos, Oh mi Dios, para glorificaros, para amaros y haceros amar.
Mi Dios, incendiad nuestros corazones, incendiadnos de vuestro amor; llenadnos de vuestra luz, de vuestra alegría divina.
Oh Padre, extender sobre el mundo y sobre las almas vuestra suprema misericordia, vuestro perdón divino.
Mi Dios, otorgad vuestro Amor a Francia –o país natal de cada uno- y al mundo, restableced el orden y la paz sobre la tierra.
Realizad la unidad de los pueblos, realizad la unidad de espíritus, oh mi Dios, realizad la unidad de los corazones en vos.
ACCIÓN DE GRACIAS, EUCARISTÍA
“Señor Dios mío, que nutrida cada día de vuestro Sagrado Cuerpo, inundada de vuestra Sangre Redentora, enriquecida de vuestra Santa Alma, sumergida en vuestra Divinidad, no ame, no desee, no busque, no quiera, no guste sino a Vos.
Que mi corazón y todo mi ser suspiren y no tiendan más que a vos, que sea toda vuestra y totalmente ocupada en Vos sólo; que permanezca perpetuamente con Vos, en Vos, unida a Vos para ser consumida toda entera en el horno ardiente de vuestro Divino Corazón, filialmente unida al Corazón Inmaculado de mi Mamá querida por quien yo quiero glorificaros, alabaros, serviros y obedeceros para siempre.