Publica el portal de la BBC una nota sobre la oposición de la National Secular Society a la visita del Papa Benedicto XVI a Gran Bretaña. La organización insta al primer ministro británico, Gordon Brown, a desvincularse de «las intolerantes ideas del Papa». ¿A qué ideas se refiere? Según la sociedad, a los «derechos reproductivos de la mujer», a la igualdad de los homosexuales en la sociedad, a la investigación con células madre y al uso de condones para evitar el SIDA.
 
Posiblemente la National Secular Society no se ha molestado en abrir el Catecismo de la Iglesia Católica para leer números como el 369, 1645, 2334 o 2393, donde queda claramente reflejado el sentir de la Iglesia respecto a la inviolable dignidad de la mujer. O bastaría con leer sin prejuicios la carta de san Pablo a los gálatas (capítulo 3, versículo 28) donde dice: «Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús». O si se necesitara un documento más reciente, ahí está la carta Mulieris Dignitatem, de Juan Pablo II.
 
Quizá tampoco hayan tenido el detalle de leer el número 2358 del mismo Catecismo donde, sobre las personas homosexuales, se dice claramente: «Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta».
 
Tal vez los miembros de la National Secular Society no sepan que la Iglesia tiene un documento llamado Dignitas Personae donde promueve la investigación con células madre, pero adultas. Es decir, las que no significan crear un ser humano para luego jugar con él a los experimentos y desecharlo (asesinarlo) tal cual después.
 
Por último, lo más probable es que la National Secular Society sí tenga algunas ideas, además de intolerantes, poco serias respecto al uso del profiláctico. Bastaría con que preguntaran a un experto de talla mundial como el doctor Edward Green (conocido como el gurú mundial en temas relacionados con SIDA), de la Universidad de Harvard, quien casualmente comulga con las ideas de Benedicto XVI: el condón no es la solución (véanse por ejemplo, los siguientes enlaces del Whasington Post, de la Fundación Burke o de ACI PRENSA).
 
El grupo de presión dice también que no está de acuerdo con que el Gobierno gaste en la visita del Papa pues hay otras causas más importantes en las cuales se debe invertir.
 
El Papa no es sólo jefe de la Iglesia católica sino también de un Estado soberano independiente. Y si este criterio se aplicara a todos los jefes de Estado, entonces no tendrían sentido las relaciones diplomáticas. Por otra parte, la visita de un Papa no genera únicamente gastos, al contrario, también ofrece una derrama económica en beneficios del sector servicios y, además, crea empleos ocasionales. Detalle que tampoco se puede olvidar.
 
La National Secular Society fue la organización que promovió la renta y exhibición de buses urbanos con la leyenda: «Dios no existe, deja de preocuparte». Seguramente ese dinero sí pudo haber sido utilizado en hospitales y educación, como de hecho hace la Iglesia que, por dar un dato más, atiende a un cuarto de los enfermos de SIDA en el mundo. Cosa que, paradójicamente, no hace la National Secular Society.
 
De hecho, fue precisamente un británico, el secretario de Estado para el desarrollo internacional, Douglas Alexander, quien recientemente subrayó «el papel único de la Iglesia a nivel mundial, especialmente en los campos de la salud y de los servicios sanitarios». Un artículo firmado por el mismo Alexander en L´Osservatore Romano (cf. 27.01.2010) constataba que «una cuarta parte de toda la asistencia sanitaria en el África subsahariana es ofrecida por la Iglesia católica y las escuelas católicas atienden a casi doce millones de alumnos, ofreciendo oportunidades a muchas personas de ese continente.
 
Por último, se ha de recordar que a la National Secular Society pertenecen ateos como Richard Dawkins y Christopher Hitchens, quienes no se distinguen precisamente por sus comentarios «tolerantes» hacia el hecho religioso. Releía hace poco un artículo en el que un ateo, Matthew Parris, decía que África no necesita dinero sino a Dios y a los misioneros. Lo ofrezco para la lectura y meditación de los ateos (véase aquí).