En enero de 2012, siendo candidato a la presidencia de la República, François Hollande acudió a visitar el Gran Oriente de Francia, donde hizo una solemne declaración de fe: “Si se cree, como es mi caso, en la República, en un cierto momento hay que pasar por la masonería”.
La declaración, sorprendentemente clara, de Hollande en enero de 2012.
El 27 de febrero de 2017, al final de su mandato, Hollande regresó al Gran Oriente para expresar el reconocimiento que la República debe a los masones: “Mi presencia supone un reconocimiento de lo que habéis aportado a la República”. A juicio de Hollande, el vínculo que une la masonería con la República es tan estrecho que una defenderá a la otra: “La República sabe cuánto os debe y vosotros siempre estaréis ahí para defenderla… Quien ataque a la masonería ataca a la República”.
Esta especie de correspondencia biunívoca establecida por Hollande entre República y masonería se ha convertido en estricta actualidad el 9 de junio de este año, cuando Macron perdió las elecciones. El Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, Guillaume Trichard, difundió el siguiente comunicado: “Francia ha entrado en una fase muy inquietante de su historia, con la inminencia del regreso de la extrema derecha al poder. Más que nunca, los principios humanistas de libertad, igualdad y fraternidad, principios que los masones sirven y defienden desde siempre, están en peligro. El Gran Oriente de Francia emprenderá en los próximos días todas las iniciativas que considere útiles, de acuerdo con las obediencias masónicas amigas, para defender la República universalista y fraterna que tanto apreciamos”.
En un comunicado del 13 de junio, los grandes maestros de todas las obediencias francesas afirmaron, entre otras cosas: “El pasado domingo, Francia ha entrado en una fase muy inquietante de su historia, con la inminencia del regreso de la extrema derecha al poder… Las fuerzas más reaccionarias intentan llegar a un acuerdo con la única ambición de cuestionar todos los fundamentos de la filosofía de las Luces, que son el origen del progreso… Fieles y visceralmente apegados a su tradición humanista y universalista, los masones y las masonas se implicarán más que nunca en este combate esencial: defender la República fraternal. No se trata solamente de dar la voz de alarma, sino de actuar”.
Tras afirmar que la ideología de la derecha se fundamenta en el odio, el comunicado concluye así: “Los masones, que siempre han resistido a la odiosa hidra de la extrema derecha, fieles a los ideales de libertad, igualdad, fraternidad y laicidad, se movilizan, decididos a participar en la reconstrucción de una esperanza republicana para todos”.
Los masones están acostumbrados a confundir la parte con el todo. En este caso, considerándose los únicos que poseen el bien de la inteligencia (las “Luces”), piensan con razón que son los únicos fieles a la República. ¿Y los demás, los que ni son masones ni quieren serlo? No son republicanos. ¿Tolerancia? Para todos los que obedezcan al credo (y a las órdenes) de las logias.
Veremos qué acciones son esas que la masonería concibe en defensa de la República. Por el momento, hemos asistido al intento de proyectar hacia el exterior las dificultades francesas dificultando a Giorgia Meloni la conducción del G-7. ¿Motivo de ese ataque “iluminado”? ¡Que en Italia hay desigualdad entre el hombre y la mujer! ¿O no?
Habrá que prestar atención a los próximos movimientos de la izquierda italiana al respecto, porque podría estar tentada de sufrir, como suele suceder, la influencia de las obediencias transalpinas.
Angela Pellicciari es autora de Los Papas y la masonería.
Publicado en el blog de Angela Pellicciari.
Traducción de Carmelo López-Arias.