No es la primera vez que redacto un artículo sobre la cristianofobia y seguramente no será el último. Lo vuelvo a hacer porque sigue siendo impresionante la deriva laicista de imposición ideológica que va tomando el mundo occidental, sin espacio a más ideas y reflexiones que las del pensamiento único, y las masacres que a diario se perpetran contra cristianos en el oriente medio y el lejano oriente. Los gestos de virulencia se multiplican y provienen tanto de personas constituidas en dignidad política como desde minúsculos colectivos que exigen prerrogativas pero insultan a despecho y mansalva, no dando aquello que piden: respeto y tolerancia.
Es verdad que prácticamente todas las religiones en el mundo sufren algún tipo de discriminación. Pero ninguna como el cristianismo. Más de 200 millones de cristianos sufren discriminación por su fe, según Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Salvo contadas excepciones, occidente va renunciando a su pasado multisecular que ha posibilitado la democracia, la libertad y la igualdad: el cristianismo. Los hechos están ahí: los hemos ido recogiendo en diferentes momentos y ahora también los repasaremos. Impacta que no tengamos que remontarnos al siglo pasado, centuria de mártires al por mayor, como en los primeros años del cristianismo; ¡son de hace algunos meses!, de hace algunas semanas, de hace algunos días. Y nos hacen pensar en que ser cristianos no es fácil, pero que no deja de tener sentido. Jesucristo mismo lo dijo: «Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará» (Mt. 10, 22).
Una primera forma de asedio es el insulto fácil, las descalificaciones gratuitas, las reconstrucciones ficticias presentadas como supuestamente históricas y el escarnio doloso.
A mediados de septiembre de 2009 el escritor Philip Pullman anunció la publicación del libro The Godd Man Jesus and the Scoundrel Christ (Jesús el Buen Hombre y el Cristo canalla) para la Semana Santa de 2010. Conocido por su aversión anticristiana, Pullman presenta a Jesucristo como un canalla y a san Pablo como un fantasioso. Ateo y miembro de la Sociedad Nacional Secular, Pullman es autor también de “La Brújula Dorada”, obra de la que se hiciera una película (The Golden Compass).
Un mes más tarde apareció la película Ágora, un remedo de película histórica de claro cariz anticristiano. En ella Alejandro Amenábar aborda la vida de Hipatia, una filósofa alejandrina, a la que presenta como “mártir de la ciencia” asesinada por cristianos. Ningún documento histórico demuestra que así haya sido. La película suscitó reacciones del público contra el cristianismo lo que evidenciaba el efecto de los hechos presentados como historia.
Otra película, aunque ésta sí tuvo éxito, fue 2012. ¿Qué tiene de especial? El único lugar religioso que aparece destruido es el Vaticano. Y hay una razón y la dijo el director de la película, Roland Emmerich: «Yo quería hacerlo, lo debo admitir. Uno puede dejar que los símbolos cristianos se desmoronen, pero si lo quieres hacer con un símbolo árabe terminas con una sanción».
Ya en otro momento hemos aludido a los comentarios seniles de algunos autoproclamados intelectuales. Desde la tierra que no es su patria, el escritor portugués José Saramago lanzó una nueva invectiva contra la fe de millones de personas el pasado mes de octubre de 2009, al publicar su última obra. En esta ocasión su aquelarre fue específicamente contra la Biblia a la que tachó de «manual de malas costumbres, un catálogo de crueldad». En su país de origen no fueron pocas las desvinculaciones respecto a un escritor que parecía desconocer el gaje del propio oficio. Así, el conocido bestseller Miguel Souza Tavares dijo que en Saramago todo es vanidad y corrupción mientras que la revista GP le llamaba «loco por publicidad».
Y también loco de publicidad estaba Hans Küng, el teólogo disidente tristemente famoso por sus sistemáticos ataques contra la Iglesia. En un artículo publicado en The Guardian y La Repubblica critica las decisiones intra eclesiales de una confesión que ya no es la suya. Concretamente hizo unas críticas sin elemental sentido teológico al gesto de benevolencia de Benedicto XVI hacia los anglicanos que desean pasar a la comunión con la Iglesia católica.
Pero la búsqueda de publicidad a costa de humillar la fe de millones no es exclusiva de «intelectuales». En el teatro Sadler´s Well, del Reino Unido, se estrenó el mes de octubre de 2009 una «obra» de ballet de un coreógrafo hispano-venezolano en el que se presentaba a un Papa que abusa de monaguillos y estrangula con el Rosario a una monja. Aunque la BBC había pensado retransmitir la obra por televisión, al final decidió no hacerlo. Días antes el coreógrafo reveló que el personaje del Papa estaba influido por el actual pontífice, al que acusó de homófobo.
A inicios de diciembre del mismo año la asociación ecologista PETA realizó una campaña con la imagen desnuda de una joven cubierta únicamente por una cruz, imitando a san Antón. En otra la chica aparece con un perro y un Rosario en la mano (cf. aci prensa, 02.12.2009). Debajo de una de las imágenes, según informa ReligionenLibertad.com (cf. 03.12.2009), se lee: «Sé un ángel para los animales. Siempre adopta, nunca compres». Joanna Kupra, la «modelo», se distingue por posar para revista pornográficas como Playboy. “Es otra muestra del irrespeto hacia la Cristiandad y del abuso que nunca ocurriría con otra religión” decía Deal Hudson, del InsideCatholic on line.
A mediados del mes de febrero de 2010, la Universidad de Granada, en España, presentó una exposición fotográfica de Fernando Bayona. En esa muestra se exhibe a la Virgen María como una prostituta, a San José como un camello y a su hijo, Jesús, como un gay tras no quedar satisfecho de sus relaciones sexuales con María Magdalena. Una vez más el escarnio y la ofensa quieren ser presentados como arte.
Pero a veces el insulto se convierte en agresión. Y eso fue lo que sucedió en uno de los santuarios marianos más importantes del mundo, en Fátima, Francia. Cuatro estatuas de la iglesia de la Santísima Trinidad y una parte de la misma iglesia fueron rayadas con palabras como «Islam», «luna», «mezquita».
En un país vecino, en España, un grupo de desconocidos entraron a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de la que robaron objetos y donde provocaron el incendio de otros, incluyendo la mano de la Virgen María, a finales de enero de 2010.