El catolicismo puede ser intimidante. Tratar de aprender a cómo ser católico puede ser abrumador. Saber por dónde empezar puede ser difícil y desconcertante. Para realizar un gran proyecto hay que dividirlo en partes. Por ejemplo, para correr un maratón, lo primero que hay que hacer es entrenarse: primero corres tres minutos y caminas cinco minutos y semana a semana vas aumentando el tiempo que corres. En unos seis meses habrás logrado un buen entrenamiento. Lo difícil es empezar.
Para aprender a ser católico hay que ser consciente de que la ignorancia del catolicismo es masiva. Mientras una persona más conozca acerca de su fe, se volverá más comprometido.
Pero, ¿por dónde empezar? Mi propuesta es leyendo un solo capítulo de uno de los Evangelios cada día. Un solo capitulo. ¿De cuál Evangelio? Pues te recomiendo empezar por el de San Marcos y en 16 días, porque son dieciséis capítulos, habrás tenido una visión bien interesante de lo que vivió y enseñó Jesús. Luego lee un solo capitulo al día del Evangelio de San Lucas y en 24 días habrás leído y conocido acerca de la infancia de Jesús y de muchos milagros que hizo. Al final de cada capítulo conversa unos pocos minutos con Dios y dile lo que te pareció lo que acabas de leer.
Esta rutina diaria te habrá permitido en 40 días haber conocido a un Jesús que quiere estar cerca de ti.
No dejes tu entrenamiento y continúa.
Esta vez lee un solo capítulo al día del Evangelio de San Mateo. Son 28 capítulos. Esto te llevará casi un mes completo. Pero es parte de tu entrenamiento. De nuevo, al final de cada capítulo coméntale a Dios lo que te pareció importante y proponte poner algo de lo que leíste en práctica. Cada vez te sentirás más cómodo con esta lectura. Después de este mes y medio leyendo los tres Evangelios capítulo por capítulo, entra a leer el de San Juan, que son 21 capítulos. Siempre tomando un capítulo al día, diciéndole a Dios lo que te pareció y proponiéndote hacer algo de lo que allí aprendiste.
En esos dos meses que llevas de entrenamiento aquello que te parecía abrumador y desconcertante ya no lo será y le estarás dando respuestas a las preguntas más profundas de tu vida porque para responder esas preguntas profundas tenemos que volvernos a Dios. Solamente con un corazón abierto nuestra vida puede estar inundada de significado y propósito.
¡Un capítulo al día! Eso lo puede hacer cualquiera, y ya de ahí puedes pasar a buscar algunos escritos espirituales de grandes santos de la Iglesia para que los vayas leyendo poco a poco y así profundices en tu fe católica. Descubrirás que Dios tiene un gran sueño para cada uno de nosotros y ese sueño es que te conviertas en la mejor versión de ti mismo.
Lo genial del catolicismo es que todo tiene relación con esta idea. Después de esos dos meses acércate a la Iglesia, participa en la misa. Si no estás bautizado, pide el bautismo y sigue las instrucciones que te de el sacerdote para convertirte, a través de este sacramento, en verdadero hijo de Dios. Si ya está bautizado, pon tu vida en orden a través del sacramento de la confesión y acércate a recibir la Sagrada Comunión dentro de la misa con la certeza de que Dios realmente viene a ti para ayudarte, fortalecerte, animarte, a estar contigo en todos los momentos de vida.
Si quieres usar la frase “creer en santidad” o “convertirte en la mejor versión de ti mismo”, depende totalmente de ti. La vida se trata de decirle “sí” a las cosas que te ayuden a crecer en santidad. Ya sabes cómo y por dónde empezar a ser católico.
Si la humanidad quiere realizar progresos debe alejarse del relativismo y buscar la sabiduría. El relativismo es esa teoría que dice que no hay verdades absolutas; que lo que es bueno para ti, no necesariamente es bueno para mi. Esta filosofía está llena de contradicciones porque la idea de que nada es absoluto es, ella misma, una afirmación absoluta. El problema con el relativismo es que si no hay lugar para la verdad no hay lugar para la sabiduría.
La sabiduría es la capacidad de discernir o juzgar lo que es verdad, bueno, correcto.
Si quieres a nivel personal hacer progresos o si las sociedades como tales quieren progresar, tiene que dejar de lado el relativismo moral. Las personas merecen respuesta a sus preguntas, especialmente a las que tienen que ver con la fe, con Dios, pues Él es el Todopoderoso Creador de todo lo visible e invisible y ni un pajarito cae en la tierra sin que lo permita el Padre (Mt 10, 29).
Sigue creciendo en el conocimiento de Jesús y de su Iglesia y de forma proactiva haz el esfuerzo para dejar que Sus enseñanzas te guíen y te formen. Con gran certeza podemos decirte que ¡con Dios siempre ganamos!